Junio

Estoy de viaje por motivos de trabajo. Solo en la habitación del hotel, enciendo las apps y me aparece un tipo a 30 metros, dentro del hotel. Chateamos un rato y me dice de ir a su habitación, al otro lado del pasillo. Me coloco mis jockstraps, me unto el ojal de lubricante y salgo en silencio para que no me oiga la compañera que duerme en la habitación de al lado.

No sé cómo es el tío al que voy a descargar ni me importa. Cuando llego me encuentro un tío de mi edad, aunque más alto y de cuerpo grande. Está en calzoncillos y con una camiseta blanca. Nos tumbamos y nos magreamos un poco. Él se recuesta y yo me lanzo a comerle la polla mientras él me aprieta la cabeza entre sus muslos. Después se pone el condón y yo me siento como puedo a horcajadas sobre él para meterme su rabo por el culo y ordeñarlo, pero casi conforme me la estoy metiendo le escucho decir "Espera, para, que me corro". Y se corre dentro de mi culo en el condón.

Estamos así un minuto más, esperando que suelte hasta la última gota y yo apretando con una mano sus huevos para exprimirlos y que me den todo su jugo. Después me la saco del culo y sale con un sonido de floooop, pero toda la leche se queda en el condón.

Cuatro días más tarde voy a Nightberry. Antes de entrar al cuarto oscuro hay un chico negro muy morboso que me mira fijamente. Le indico que me siga y dentro nos besamos. Me encantan los chicos negros y este tiene unos labios y una boca que son una maravilla, pero cuando le guío su mano hacia mi culo me dice que es pasivo. Un chasco.

Hay otro chico que me mira. Es muy joven, delgadito y mono, y va con otro tío que debe ser su pareja. Resulta que solo quiere que le hagan una paja, así que durante un rato los tres nos pajeamos mutuamente.

Hay otro tío que me gusta en el local. Un chico latino, no muy alto y trigueño de piel. Nos cruzamos varias veces pero no parece verme. Finalmente se coloca en un rincón oscuro (aún más oscuro, quiero decir) y me acerco a él. Nos besamos y pajeamos y me agacho a mamarle para ponérsela a punto. Él está apoyado contra la pared, así que le doy la espalda para que me la meta por detrás. Me agarra del cuello con brusquedad y me atrae hacia él para hundir su rabo entre mis nalgas. Mientras hace esto, otros tíos van pasando por delante de mí y me van tocando o me voy besando con ellos.

Estamos así un rato, pero quiero más foco y público, así que le agarro del rabo y me lo llevo al centro de la sala, mejor iluminado que ese rincón, y me pongo contra unos barrotes ofreciéndome. Él se lanza como un ariete contra mi ojal y yo voy restregando mi culo en círculo contra su pelvis, pidiendo más entre jadeos. Tal y como esperaba somos el centro de atención y tenemos público alrededor y en la distancia (la pareja de pajilleros); tíos que me tocan a través de los barrotes, me la menean o incluso hacen turno con intención de metérmela. Pero mi compañero latino no acaba de estar cómodo ni inspirado, así que me lleva a un pequeño cubículo cerrado donde por fin puede metérmela a gusto y tras un rato de metesaca, la saca y se pajea para regar el suelo.

Comentarios

Entradas populares