Sorteo con un juego cómo me follan los activos del fin de semana

Estoy reventado. 9 polvazos con 8 tíos distintos en apenas 30 horas, descansando entre medias para dormir un rato. Ese fue mi fin de semana. Y con una idea morbosa que se me ocurrió el otro día para los activos en PrEP que me piden follarme a pelo. Un juego de azar: un bol lleno de papelitos, el activo coge uno y el azar decide una de las tres opciones posibles: "condón", "sin condón" (pero acabando fuera) y "permiso para preñar". ¿Sacó alguien ese último papelito? Tendréis que leer la entrada para saberlo. 


SÁBADO


Estoy de viaje en otra ciudad y me conecto a media tarde. Me escribe primero un chico latino de 21 años recién cumplidos. Pelazo oscuro, piel trigueña, menudo de complexión, pura fibra y con una buena herramienta, quizá un poco demasiado grande en relación al resto del cuerpo. Lo recibo a cuatro patas. El chico es tímido en un principio, desnudo pero con la mascarilla higiénica negra aún puesta, se pone un condón y se mete dentro de mí. Solo puedo ver sus ojos que son bastante bonitos. Y siento su rabo abriéndome el culo para los que vendrán después de él. Se acopla a mi culo como un conejito y veo en sus ojos cómo se va relajando gradualmente y se va abandonando a disfrutar de mi culo jugoso. Poco a poco se le va yendo la tímidez. Primero se quita la mascarilla y me besa en la boca de lado, tumbado sobre mi espalda, mientras prosigue su exploración de mi culo con su rabo hundido bien dentro de mí. Después se quita el condón y me la vuelve a meter pero a pelo, para sentir carne con carne. Mi ojal está húmedo y abierto y noto su calor también dentro de mí. Me excita pero es solo un momento. Al final acaba haciéndose una paja sobre mi espalda, empapándome con su leche caliente de twink. Al acabar nos quedamos un rato hablando y resulta ser un chico encantador.

Después de él viene un treintañero con cara amable, algo rellenito y con un poco de barba. Un tío agradable tipo vecino de al lado. Me la clava y acaba en el condón. Al día siguiente quiere repetir pero la agenda no me da para tanto.

Y vamos con el juego de los papelitos. El tercero en llegar esa tarde es un chandalero de 27 años, un toro con pinta de empotrador y un poco chulito que está en PrEP y quiere preñarme. Tiene un punto garrulo, dicho esto no como algo despectivo, sino todo lo contrario. Es ese tipo de tío que a los pasivos nos pone mucho y estamos deseando ofrecerle nuestros culos como buenas perras y que haga lo que quiera con nosotros. Así que decido confiarlo todo al azar. Después de que me haya metido los dedos y comido culo y polla, le ofrezco el bol con los papelitos de "condón", "sin condón" o "me preñas" para que escoja uno. Siendo sinceros, el juego estaba un poco amañado porque había muchos más papelitos de "condón" que del resto de las opciones. Y la posibilidad de que saliera "me preñas" era de apenas un 5% porque había muy pocos papeles de esos. 

¿Pues qué papel creéis que le salió al tío? Efectivamente, el de "me preñas" con el dibujo de una polla soltando leche. Se puso tan contento. 

La verdad es que la mayoría de veces que me han preñado ha sido por accidente, condones que se rompen o se salen, y eso me da mucha rabia, porque no disfrutas del momento ni del morbo de saber que te están follando a pelo y te van a rellenar de lefa. Simplemente crees que estás con la goma y oh, sorpresa, te enteras después. Es anticlimático. No lo disfrutas. Igual pasa cuando algún activo al que había dejado metérmela un ratito a pelo pero sin darle permiso para correrse, termina sin avisar. Si me van a preñar quiero saber que me van a preñar y disfrutarlo. No así. Pero esta vez fue distinto. Yo no quería que me preñaran, pero perdí al juego y me tocó poner culo. Y una vez puestos a ello me excitó muchísimo esperar el momento de la preñada. 

Derrotado en mi propio juego amañado, no tuve más remedio que ponerme a cuatro patas con el culo en pompa para que el chandalero me lo rellenara de leche. Son las reglas del juego y no puedo desdecirme, así que me resigné a disfrutar de su húmeda follada esperando el momento en que me llenase hasta las trancas. 

Me pongo en posición de perra, con el culo todo lo en pompa posible, al máximo, ofreciéndome como depósito de lefa. Él sigue con la parte de arriba del chándal pero se ha quitado los pantalones y tiene el rabo tieso. Sonríe triunfante porque me ha ganado al juego y hunde su polla en mi culo a la espera de soltar todo el jugo que trae acumulado en los huevos. Ahí me tenéis a cuatro patas y él pasándoselo bomba detrás. Me encula como le da la gana, placa placa placa chocando y rebotando contra mis nalgas, riendo y esperando a rellenarme como un bollo de crema. Su rabo húmedo entrando y saliendo de mí con toda facilidad por lo abierto y mojado que estoy. Y más mojado que voy a estar en un momento. Escucho el chapoteo y sus gemidos de gusto mientras disfruta usándome hasta que finalmente comienza a jadear y ponerse tenso y descarga sus huevos dentro de mí con un "Uoooooooooh". Es súper excitante servir de depósito de lefa para el chandalero. 

Se retira y me levanto. De pie separo las piernas y pongo la mano debajo de mi ojal. Empujo un poco y una enorme lefada se escapa de mi agujero llenándome la palma de la mano. "Wuaaaala - le digo yo mirando mi mano - Qué montón de leche". Él sonríe orgulloso. Llevaba los huevos a rebosar. Se ríe y me señala su rabo pringoso y todavía tieso "Por si lo quieres limpiar con la boca", así que me arrodillo y me pongo a mamarle ese capullo sabroso que gotea aún lefa tibia. Tengo leche del chandalero chorreando por boca y culo. Luego me lavo bien mis dos agujeros para recibir al siguiente activo.

Pero es la hora de la cena y la cosa está muy parada en Grindr. Me escribe un chico bastante morboso y sexy, de 26 años, con pinta de chulo de barrio. Pero de un barrio lejano, está a 56 km y no vuelve a la ciudad hasta el lunes, que yo no estaré ya. No podemos quedar, o eso creo en ese momento, pero chateamos y él se excita con lo que le cuento que estoy haciendo. Me pide ver las conversaciones calientes que he tenido con los otros tíos que me han follado esa tarde y le cuento toda el asunto del juego de las tarjetas y cómo he acabado con el culo en su jugo. "Bffff qué morbazoooo" me contesta. Volveremos a él luego.

Me escriben luego un grupo de 4 activos, en PrEP y algunos muy atractivos a juzgar por las fotos, invitándome a la casa de uno de ellos. Están de fiesta (colocón) y quieren un pasivo al que usar a pelo entre los cuatro durante horas. La idea es excitante pero el chemsex no es lo mío.

De madrugada viene otro tío. 38 años, pelo largo, algo de barba. Ha dejado a su novio durmiendo y se ha escabullido sigilosamente de la cama, popper en mano, para usar mi culo porque había visto mi perfil en Grindr. Se tumba en la cama y me subo encima de él, cabalgándole y ordeñándole. Aún tengo el culo abierto y estoy excitado después del juego de la tarde. Entre eso y el popper estoy cerdísimo, brincando sobre ese dildo de carne con los muelles de la cama sonando a todo trapo mientras pienso en el chandalero que me ha preñado por la tarde. Acabo corriéndome sin tocarme, dentro del suspensorio.


DOMINGO


Me conecto después de comer y me encuentro varios mensajes de un treintañero con el que hablé el día anterior. Está haciendo hora para coger el tren a su ciudad y quiere venir para una descarga rápida. Rápida y tan discreta que ni me entero cuando se corre. En un momento saca el condón lefado de mi culo y adiós muy buenas. Buen viaje. Un par de días más tarde me vuelve a escribir para invitarme a pasar un fin de semana en su casa, en el pueblo donde vive. Se ve un chico majo, pero vive a horas de distancia y apenas le conozco.

De seguido me escribe un chico latino, 29 años, muy guapo en su foto de perfil, con múltiples tatuajes, algún piercing y un peinado moderno. Dice que quiere comerme el culo y follarme. Cuando llega es un tío bastante atractivo aunque juraría que su cara no es la de la foto, pero bueno, me pone igualmente. Me ofrezco a cuatro patas encima de la cama como la perra que soy y se lanza con su lengua húmeda a por mi ojal. Se amorra a él y no lo suelta, lamiéndolo, succionándolo, saboreándolo. Me saca la polla del suspensorio y me la come también. Su boca alterna entre polla y raja, me tiene mojadísimo. Me quita los suspensorios y me tumba bocarriba con las piernas abiertas. Veo su cara perderse por debajo de mis huevos (lo único que asoma es su pelo de raíz oscura, oxigenado en la parte de arriba y rapado por los lados) y siento su lengua dándome lametazos en mi ano como un perrito. Me lo ha puesto tan a punto con su saliva que no hace falta lubricante extra para entrar con su rabo hasta el fondo de mí, clavándola una y otra vez en mi ojal que chapotea de puro mojado que lo tengo. Me besa y me mira fijamente conforme me folla y yo le acaricio y llevo mis manos a sus nalgas redondas y fibrosas, que las agarro para dirigirle en la follada. Le cojo de las nalgas como si fuera un muñeco de carne y me follo mi propio ojal abierto con él. No para de mirarme y decirme que "estás muy rico" y que quiere "saborear tu lechita" pero yo le digo que no puedo correrme con él, que soy una puta y como buena puta tengo que poner el culo para muchos tíos más esa tarde, que no me sea egoísta. Eso le frustra y le excita a la vez, y finalmente la saca y acaba corriéndose sobre mi abdomen, untándome bien untado. Más tarde me vuelve a escribir para quedar de nuevo a la noche cuando salga de trabajar, pero a esas horas estaré ocupado siendo reventado por un negro espectacular y no me es posible repetir.

Conforme sale por la puerta conecto Grindr de nuevo y me encuentro al chico sexy de 26 años que estaba anoche a 56Km, que ahora esta a 456 metros. Ha adelantado su vuelta a la ciudad solo para usarme. Conmovido por el gesto, lo recibo a cuatro patas como merece. Es un tipo atractivo, rapado, con aires de macho de barrio y un enorme tatuaje en el muslo. Le he dicho que me acaba de follar el latino y lo primero que hace es olerme el ano, a ver si huele al rabo del tío de antes. Me dice que sí. Me pone cachondísimo sentir su nariz oliéndome el culo y él está tan excitado que me la mete a pelo del tirón. Está en PrEP, por supuesto. Pero le digo que frene y coja primero el papelito del bol a ver si puede follarme a pelo o preñarme. Le sale "condón" y se le ve algo contrariado. Me dice que quiere encularme mientras chateo con los siguientes tíos, así que me pongo en el suelo a cuatro patas con Grindr encendido en el ordenador y él detrás, dándome rabo mientras supervisa mis conversaciones y las fotos de los tíos que me han usado antes o quieren usarme a continuación. Estoy tecleando a duras penas mientras su rabo me embiste bruscamente. Finalmente se sienta en el sofá y me pide que le saque la leche con la boca. Eso hago, porque a un macho así hay que obedecerle. No me la trago pero la saboreo, espesa y ligeramente salada llenándome la boca.

El macho de barrio se larga pero a las tres horas me vuelve a escribir. Quiere más, así que coge un taxi y vuelve para descargar de nuevo. Por el camino me dice que no se ha duchado y le contesto que mejor, que quiero que mi macho huela. Me pide que le reciba otra vez encima de la cama, a cuatro patas y chateando por Grindr buscando rabos. Eso hago. Cuando llega, me quita los calcetines deportivos para olerme los pies y yo se la chupo para ponérsela tiesa mientras le acaricio el tatuaje del muslo. Mi boca se la mama con auténtica devoción y él mientras susurra "Woah tío, woah". Me coloca en mi posición natural, a cuatro patas, y me encula mientras me pregunta "¿De quién es este culo?". Tuyo, qué pregunta más innecesaria, mi macho de barrio. Me dice "Estoy to' perro" y acaba en mi culo, con la respiración entrecortada y la frente apoyada contra mi espalda mientras se descarga chorrazo a chorrazo. Le he sacado dos veces la leche en un día, la primera con la boca y la segunda con el culo. Mis agujeros están de enhorabuena hoy. Se vuelve a marchar pero un par de horas después me escribe de nuevo. Dice que quiere que sea "su zorrita y de nadie más" pero que lo ve difícil porque soy muy puta. Es un poco contradictorio querer que sea su zorra en exclusividad y a la vez ponerse burro leyendo las conversaciones y fotos de los tíos que me usan, pero bueno. Es un tío de 10.

Falta poco para la medianoche y estoy ya a punto de cerrar el chiringuito (o recibir de nuevo al latino comeculos a la salida del trabajo) cuando me escribe un empotrador espectacular. Negro, veinteañero, cuerpo perfecto, pura fibra y músculo, rabazo enorme. Me manda fotos suyas rellenando el culo de su ex (según me cuenta luego). Tardamos en quedar porque no nos ponemos de acuerdo en el tema del condón. Está en PrEP (de esta gente que lo toma no de manera continuada sino para ocasiones especiales) y quiere aprovechar para preñar un culo este finde, porque siempre usa condón. Yo le digo que no. Él entonces me ofrece sacarla antes de acabar... o lo mismo no, que si está muy emocionado probablemente me preñe sin avisar. Desde luego como negociante es un poco WTF este chico. A este no le ofrezco el juego de los papelitos ni harto de vino. Seguimos debatiendo las condiciones del polvo, yo sin dar mi brazo a torcer y él convenciéndome con una prosa que ríete tú de los autores de novela erótica, dándome una descripción detallada de cómo sería sentir su rabo desnudo en mi culo, con las venas, el calor de la carne, etc... Qué pico de oro tiene. Debería abrirse su propio blog.

Finalmente llegamos a un acuerdo a mitad de camino de nuestros intereses y lo recibo a cuatro patas. Según me cuenta después, se le acelera el corazón de pura excitación al entrar en el apartamento y ver mi culazo redondo en pompa esperando ser rellenado. Me escupe en el ojal y me la clava hasta el fondo. Es la novena vez que me follan en aproximadamente 30 horas y a pesar del tamaño de ese mástil de carne que tiene entre las piernas, entra fácil. Aunque debo confesar que llega muy hondo dentro de mí, donde pocos activos llegan. Follando es el puto rey. Un león salvaje que me encula con fuerza. Su manera de dar polla es la de un animal y me tiene sin aliento, con la boca abierta jadeando, los ojos como platos y las cejas en el techo. Es muy ágil y tiene vocación de contorsionista, así que me folla durante largo rato en múltiples posiciones, algunas que servirían para escribir una actualización del Kamasutra. Por ejemplo, estoy tumbado bocabajo con el culo y las piernas formando ángulo recto en el borde de la cama, y él se acopla montado encima de mí, enganchado con sus manos a mis hombros, los pies en mis caderas y con las piernas formando un arco mientras su rabo negro se pierde en mi agujero y me lo revienta una y otra vez sin cesar. 

Me tumba ahora en plan misionero. Su cuerpo es un espectáculo, un cuerpo de atleta que parece una portada de Men's Health que ha cobrado vida. Me taladra sin piedad mientras yo acaricio sus pectorales y abdominales de piel sedosa y oscura. Tiene el pelo afro con rastas y cositas brillantes en algunas de estas rastas, que se agitan y se mueven como un todo con cada embestida. Es una bestia desconsiderada y me está destrozando el culo, pero aunque apenas puedo respirar, solo pienso en darle placer. Finalmente me está follando de lado y acaba corriéndose sobre mi costado, tensando todos los músculos de su cuerpo. Luego nos quedamos hablando un rato y resulta ser un tío super dulce. Toda una sorpresa.


Comentarios

  1. Espectacular, como siempre.
    Y como siempre me quedo sin palabras ni aliento.
    Jadeo solo de leerte. Y envidia de no estar en tu piel ;-)

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  2. Uff como me has puesto… enhorabuena!!

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  3. Tio, deja algo para los demas jeje

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    1. Jajaja, para cuando os queráis dar cuenta he dejado secos a todos los activos de vuestro barrio

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Una historia genial! Queremos más juegos de este tipo <3

    Abrazos!

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    1. Jaja, la verdad es que tengo ganas de volver a jugar al juego... y perder! :D

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