Un taxista hetero usa mi culo como agujero de descarga

 La noche había empezado bien. Un tipo de unos 40 años pero con un cuerpazo fibrado se había pasado a darme rabo. Lo recibí a cuatro patas y él se quitó toda la ropa menos la gorra, agarró un condón y me folló en varias posiciones hasta correrse. 

Ya abierto, me puse en Grindr a buscar al siguiente. Me escribió un tipo de 32 años que estaba a 6 km. Por lo general no suelo hacer mucho caso a los que me aparecen tan lejos, pero tampoco tenía nada mejor que hacer así que respondí a sus fotopollas con mis fotoculos y le dije que lo tenía libre en ese momento por si quería pasarse a usarlo. - - me contestó - Más tarde. Era un poco parco en palabras y respondía apenas con monosílabos. Su perfil lo mismo me aparecía a 6 km que a 700 metros, así que le pregunté si era taxista o algo así. Bingo. Un taxista de servicio. 

El turno de noche puede hacerse muy largo y más aún cuando estás todo el rato sentado en un coche dando vueltas por la ciudad. Si estás caliente y tienes los huevos llenos, resulta muy tentador encontrar un agujero servicial donde hacer un pequeño break de tu trabajo y desahogarte. Al parecer muchos taxistas lo hacen. Si encuentran un hoyo, allá van, sin importar el que sea. Este chico en cuestión era hetero, pero una urgencia es una urgencia y un hoyo es un hoyo. 

Me volvió a escribir un par de horas más tarde, debían ser las 5 de la madrugada, para confirmarme que se pasaba a visitarme. Puse luz tenue, me coloqué encima de la cama a cuatro patas en suspensorios, como una buena puta, y preparé dos botes de poppers, uno para él y otro para mí.

Aparcó el taxi y tocó al timbre. Lo primero que vio al subir fue mi culazo ofreciéndose en todo su servicial esplendor. Sin decir ni hola se quitó la ropa y rodeó la cama para darme rabo por la boca. Era un tío atractivo de pelo moreno corto, barbita, guapo de cara, buen cuerpo, algún tattoo si no recuerdo mal, polla algo fláccida con cockring... Me metí su rabo en la boca y lo intenté poner duro pero solo lo logré a medias. 

Se le notaba algo tenso y ni me miraba a la cara. Supongo que en su mente pretendía mantener la fantasía de que iba a sacarse la leche follándose a una tía. Se subió a la cama rodeándome y se puso de rodillas detrás de mi trasero. Con una mano alternaba entre dilatar mi ojal con sus dedos y hacerse una paja para intentar ponérsela más dura, mientras con la otra buscaba porno hetero en su móvil. Todo esto sin mirarme ni hablarme. El porno brotó de repente en la pantalla sonando a todo volumen, con una rubia tetona brincando y gritando mientras le daban rabo por el coño. Rápidamente le bajó volumen y colocó el teléfono a su lado, encima de la cama. 

Me metió el rabo a pelo. No estaba del todo duro pero entró sin problemas. Se movía lento dentro de mí. Por lo demás no me hacía ni puto caso. Miraba concentrado el porno de su móvil y aspiraba popper de su bote para ponerse cachondo. Yo me limitaba a recibirle y tomar popper del mío para permanecer abierto y dispuesto para mi macho de huevos llenos. Cada vez que aspiraba popper me ponía cerdísimo y y lo único que pensaba era en servir de puta de descarga para aquel taxista y para todos sus compañeros del gremio a los que pudiera recomendarme después. ¿Harían eso entre ellos? ¿Se recomendarían los agujeros anónimos que usaban durante sus largos y solitarios turnos de noche? ¿Se pasarían entre los taxistas nuestros números y direcciones? ¿Nos pondrían nota? Me daba morbo esa idea y solo por eso deseaba servirle bien, que descargar sus pelotas rebosantes de lefa en mi culazo fuese para él lo más sencillo del mundo. Por un lado pensaba en parar y pedirle que se pusiera condón, pero por otro solo deseaba ser el cumdump sin voluntad que él esperaba que fuera, ese machito hetero que ni se dignaba a mirarme a la cara porque para él yo no era más que un agujero libre de madrugada para recoger sus lefas. 

Pero ni con el popper ni con el porno hetero estaba del todo tieso y, la verdad, empezaba a pensar que no sería capaz de correrse. Entonces de repente se irguió y su follada aumentó de ritmo. Comenzó a embestirme con más convicción, placa placa placa, chocando cada vez más fuerte contra mi culo en pompa. Me excité sabiendo lo que aquello significaba. Se viene. Finalmente va a ser capaz de correrse y esa lefa que lleva toda la noche aprisionada en sus huevos va a acabar dentro de mí. Él habría preferido soltarla en el coño de cualquier tía random, pero solo encontró disponible el culo de otro tío, y bueno ya sabes, un hoyo es un hoyo. Un culo de tío redondo, servicial y anónimo. Un recipiente para su lefa. Placa placa placa cada vez más fuerte y yo cada vez más cerdo hasta que empiezo a oír sus gemidos. Gemidos de estar soltando la lefa del día, corriéndose dentro de mi culo, llenando chorrazo a chorrazo este puto recipiente. 

Termina, saca el rabo de mi agujero, se limpia la leche que gotea, recoge su móvil y se viste sin mirarme, dejándome ahí bien mojado por dentro. A los recipientes no hace falta ni darles las gracias. Simplemente cumplimos con nuestra función. Nadie le da las gracias a un tupper por recoger las sobras del día. Pues lo mismo.

Esa ha sido la experiencia más morbosa en estos últimos meses que he estado un poco inactivo y ausente del blog. Por supuesto el tipo estaba en PrEP. Luego me han follado otros. Uno de mis habituales, un chico mexicano del que ya he hablado alguna vez, se ha convertido en un regular que viene a menudo a verme. Es muy dulce, besucón y lechero. Siempre se queda exhausto y sudoroso echado sobre mí mientras le rodeo con mis piernas y le acaricio con las manos. 

Luego siempre que surge la oportunidad de poner culo para un BBC (Big Black Cock) no me lo pienso. Son mi debilidad. Y en los últimos meses me han usado varios de USA y UK que estaban de paso. Turistas negros cachas y pollones que me han reventado el culo a base de bien, aunque el último vino con unos shorts y un crop top tan ridículo que a punto estuve de decirle que se fuera nada más verlo entrar.

También se han pasado varios twinks. Uno muy besucón de 18 años. Otro fibradito belga de 23, así con un peinado muy cool, que solo buscaba agujero a las tantas de la noche. Otro norteamericano muy dulce y delgadito de 22, rubio y de rostro andrógino, que parecía que no había roto un plato en su vida pero acabó llenando el condón de lefa como un campeón. Luego un vecino fibradete y muy alto que le apasiona comer culo y me pide que me siente sobre su cara. Varios de mis amigos y habituales se han pasado también a montarme de vez en cuando (uno de ellos, el chico de 24 que solía usarme para descargar al salir de clase y que la última vez que vino grabó con su móvil como la metía y la sacaba de mi agujero). Y también estuve una noche de turismo en un local donde me arrodillé para comérsela a dos amigos, un portugués y un brasileño. Vale, bien pensado quizá no he estado tan inactivo estos meses.

Comentarios

  1. Ey cuanto tiempo, no mientas que seguro que no has parado, de estar tranquilete nada jeje. Como tu dices lo de darnos las gracias para nada, al contrario yo siempre agradezco a todos los machos cuando terminan, siempre.

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  2. Eso te iba a decir, que tampoco has estado tan inactivo por lo que has contado, jaja... La parte que me ha puesto más cachondo es cuando decías lo de los taxistas, si se pasaban los telefonos y direcciones, o puntuaban, etc ... Se me ha despertado de golpe !

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    2. Si algún taxista nos lee, que nos cuente si hacen eso. O que pida hora para pasarse a usarnos. Estamos para eso.

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