Un francés me preña el culo en el bosque mientras lo graba con su móvil

Estoy de paso en un pueblito de montaña, a orillas de un lago, disfrutando del aire puro y de hacer senderismo. Conecto Grindr por curiosidad y me sale únicamente otro tipo en todo el pueblo, un turista francés de 26 años que está acampando a las afueras. Vamos hablando a lo largo de la tarde, él diciéndome que le gustaría grabar como usa mi culo y yo, que me gustaría que me enculara al aire libre.

Ninguno de los dos puede alojar al otro, así que lo de follar al aire libre, morbo aparte, se antoja la única opción. Él me asegura que conoce un posible sitio, que lo encontró el día antes haciendo senderismo, así que quedamos al caer la noche en la parada del bus para conducirme hasta allá. 

El francés en persona está aún mejor que en las fotos de Grindr. Es algo más bajito que yo, fibrado, con el pelo castaño, voz sensual y profunda y muy mono de cara. Me recuerda mucho a un antiguo amigo del instituto con el que tonteé en su día pero nunca llegué a follar. Yo parece que le he gustado también, porque nada más verme me saluda lanzándose a comerme la boca. Aunque solo son las nueve y pico de la noche, aquello parece un pueblo fantasma. No hay absolutamente nadie en las calles, así que podríamos follar en la plaza del pueblo que daría lo mismo, pero decidimos ir al sendero en el bosque por aquello de estar en un sitio aislado.

Él me guía por las callejuelas con poca iluminación hasta que salimos de la zona urbanizada. Cogemos el sendero del bosque, un camino estrecho rodeado de árboles, completamente oscuro. El francesito lleva una sudadera con capucha, así que me siento como si fuera siguiendo a Caperucita Negra. A ratos iluminamos el sendero con el móvil para ver algo porque los árboles tapan cualquier luz. En un momento dado el sendero se ensancha y sale a un claro, una especie de colina en cuesta desde donde se intuyen a lo lejos las casas del pueblo y hay un cierto resplandor de luz de las estrellas. Allí me parece ver un pequeño banco para que descansen los senderistas. O para que te monten como a una perra.

Paramos. Hace un poco de frío pero le he prometido al francés que dentro de mi culo estará caliente. Lo primero que hace es girarse y bajarse la bragueta para echar una meada. Si me llega a avisar podría haberle servido para eso con mi boca, pero bueno. Dejamos nuestras mochilas sobre el banco y nos abrazamos y morreamos para entrar en calor. Nos palpamos los paquetes y él me soba el culo. Me arrodillo a mamársela, tiene un muy buen rabo largo y grueso, y la punta aún le sabe un poco a la meada que acaba de soltar, así que la saboreo. Me coloco inclinado sobre el banco y es su turno de arrodillarse para lamerme la raja y el ojal. Disfruto de las caricias de su lengua y luego me mete algún dedo, para finalmente ponerse a jugar con la punta de su polla en mi agujero.

Pese a estar en PrEP, habíamos hablado que follaríamos con condón. Últimamente estoy usándolo siempre (y tristemente follando bastante menos) hasta que la situación se normalice. Es una pena porque me escriben algunos tíos tremendos que quieren usarme pero solo quieren hacerlo a pelo. Es el caso de un andaluz guapísimo y fibradísimo que me preñó una vez a cuatro patas en el suelo de mi salón y que quería repetir el otro día, pero decidimos posponerlo. En verdad he quedado poco últimamente, aunque destacaría a un chaval negro de 21 años que me comió el culo y se me acopló después montado encima de mí como un perrito, y un latino treintañero super guapo, fibrado, velludo y con barba, que me hizo una doble penetración con un dildo y su rabo. Tanto el negro como el latino (bueno, en realidad los dos eran latinos, aunque uno negro y otro blanco) acabaron dentro de mí, pero con goma.

Volviendo al francés y a la noche del claro en el bosque, aunque habíamos acordado follar con condones, el momento pide follar a pelo. Estamos cachondísimos y en mitad de la naturaleza, y queremos aparearnos como animales. Y los animales no se ponen condón ni usan lubricante. Los machos montan a la hembra y copulan hasta preñarla. 

Me bajo los pantalones a los tobillos, me pongo a cuatro encima del banco con el culo en pompa y él acepta la invitación y me mete su rabo a pelo hasta el fondo. Entra del tirón como la seda y no es un rabo pequeño precisamente. 

Así estamos un rato largo, él gimiendo de gusto y chapoteando dentro de mí; yo calentándole el rabo con mi culo de perra en celo. Podemos gemir todo lo alto que queramos, que nadie nos va a oír. Tomamos un poco de poppers, nos morreamos con mi cabeza girada sin salirse él de mi culo, y un par de veces saca su móvil y se pone a grabar cómo me encula, cómo la mete y la saca y la restriega toda brillante contra mis nalgas dándome cachetadas con su polla tiesa y después me la vuelve a enchufar hasta el fondo mientras me susurra entre gemidos cosas en francés ("puta perra", traduzco luego cuando me manda los vídeos por whats), cada vez más excitado, cada vez más cerca el momento de venirse dentro de mí. 

Al rato de estar enculándome en el claro del bosque acelera su ritmo, aumenta el volumen de sus jadeos y me anuncia "I'm comiiing", a lo que yo respondo echando el culo más para atrás para que no quede ni un centímetro de su rabo fuera de mí y no se derrame ni una gota. Me mete entonces dos dedos en la boca para que se los chupetee, mientras las embestidas en mi culo se vuelven más bruscas y con un "Ah ah ah oohmmfpfpfff" entre gruñidos, el francesito se agarra con fuerza a mis caderas y descarga en mi interior toda la leche que tenía acumulada. 

Preñado bajo las estrellas. Saca su rabo de mi culo y se incorpora. Mientras se limpia y se sube los vaqueros, me señala el cielo maravillado: "Look all those stars", me dice.  "I have the milky way deep inside me right now, ha ha" le contesto yo riendo mientras noto su leche calentita mojándome por dentro y escapándose a borbotones de mi ojal abierto, chorreando sobre la hierba.

Al día siguiente me conecto y me ha escrito un griego de 23 años, muy morboso, moreno y con perilla y bigotillo de diablo. Me pregunta si puede follarme el culo y grabarme. ¿Pero qué está pasando aquí? ¿Todo el mundo quiere hacer porno amateur de repente? El chico me manda sus vídeos caseros follándose pasivos y yo le correspondo con alguno mío. Me pone a mil y le sugiero que se venga esa noche al claro del bosque y que el francés y él se turnen usando mi culo en el banco mientras lo graban. Pero el chico está a 8km y finalmente no es posible.

Comentarios

  1. No sé que tienen los bosques que me ponen cachondísimo, pero poquísimas veces he conseguido hacer algo así al aire libre. Grabarse es un plus, jeje... Que morbazo hubiera sido haberselo montado con un griego y un francés !!!

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    1. Ya ves, el griego era morbosísimo, me ponía a mil. Pero el polvo con el francés estuvo muy bien. Luego me he pajeado un montón de veces viendo los vídeos.

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  2. me alegro que vuelvas a la carga, seguro estos dias en el campo te sirven para recuperar fuerzas...

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    1. Sí que he vuelto a la carga. Por todo lo alto. Mañana publico nueva entrada y ya tengo material para otra jaja

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