Usado por siete en una tarde, recibiendo lefazos como un buen cumdump

Estoy de paso un par de días en una ciudad de la parte centro / este de Europa. Es de noche, no conozco la ciudad ni el idioma y hay tormenta, así que decido quedarme en el apartamento a deshacer la maleta. Enciendo Grindr y empiezan a llegar taps y mensajes. Ya sabéis lo que pasa cuando llegas nuevo a una ciudad. Así que me bajo las bragas y me pongo a cuatro patas para que empiece mi jornada laboral como agujero de uso público.


PRÓLOGO (SÁBADO NOCHE)

El primero en venir a usarme es un chico de solo 20 años. Con su chándal oscuro (me viene a la cabeza el chandalero rumano de la novela El Leñador), pelo moreno en cepillo, cara de niño imberbe realmente lindo y cuerpo blanquito, en forma aunque con un poco de barriguita cervecera a pesar de ser tan joven. Me dice algo en su idioma que no entiendo, se desnuda por completo mientras lo espero a cuatro patas sobre la cama y se me acopla encima como un perro, dándome rabo por mi agujero. Me encula como un animal, con energía, ritmo frenético y embestidas fuertes. Es todo un hard fucker a pesar de su aspecto de niño. Desearía que los vecinos pudieran ver esa escena: yo barbudo de pelo en pecho ofreciéndome encima de la cama con el culo en pompa y ese crío subido encima de mí, culeándome para sacarse la leche, que lleva el rabo cargado y sería capaz de aceptar cualquier agujero libre. Porque necesita descargar en algún sitio. Y lo hace, vaya si lo hace, se agarra con más fuerza a mí y se pone a gemir y gruñir mientras infla el condón con lefa en mi interior. Después de eso se ducha y se pasea en pelotas inspeccionando el piso sin ninguna discreción, hasta que finalmente se vuelve a poner el chándal y se marcha.

Al poco me escribe un tío de 28 años, parece atractivo aunque su perfil no se ve claro. Me aparece a solo 79 metros y me dice que está cerca y quiere pasarse a descargar. Lo recibo a cuatro patas, culo en pompa, y cuando llega empieza a jugar con mi sacaleches, lo pellizca, lo estruja, le da azotes, escupe en mi ojal. Ha apoyado el móvil encima de mi baja espalda como si yo fuera solo una mesita auxiliar que acompaña a ese culo de uso libre. En ocasiones coge el móvil para sacar fotos de mi ojal con sus escupitajos deslizándose por él. Se pone un condón y se mete dentro. Me folla a un ritmo más suave que el chandalero, pero no es precisamente dulce ni atento. Me agarra del pelo, me da alguna bofetada con la mano abierta que me zumban los oídos y me escupe en la mejilla para dejarme claro que aunque me esté follando suave, yo para él no soy más que una zorra usable. Finalmente me da la vuelta y puedo verle. Lleva una sudadera con capucha y está desnudo de cintura para abajo salvo por el condón en su polla tiesa. Se le ve atractivo, bastante delgadito y fibrado. Se quita el condón y me lo pone en la boca. Me escupe. Ahí estoy tumbado con un condón usado en la boca, relamiéndolo en busca del sabor de su rabo y sintiendo la humedad de sus lapos en mi mejilla. Le encanta humillarme y se pajea mirándome. Finalmente me vuelve a dar la vuelta y se corre sobre la raja de mi culo.

Después de eso, estoy chateando durante largo rato con un chico de 23 que vive cerca y quiere preñarme. De hecho quiere usar mi culo cuando esté ya preñado por otro y acabar él también dentro. Le digo que los dos chicos que se han pasado de momento han acabado uno en el condón y el otro sobre mi raja. Me pregunta si tengo aún el condón del chandalero. Ni idea de qué ha sido de ese condón, así que registro el piso hasta encontrarlo en la papelera del baño, donde debió dejarlo al ducharse. Pruebo su lefa y está aún algo tibia y con un ligero sabor amargo. Le hago una foto y se la mando. Le propongo que venga y use la lefa del chandalero como lubricante para darme rabo y preñarme. En realidad no tengo ninguna intención de dejar que me preñe, el chico no está en PrEP y me parece un marrano de cuidado, pero me entretengo con nuestra conversación tan guarra. 


LUNES TARDE DE PUTERÍO


El lunes tengo la tarde libre. Es la hora de la sobremesa y no he comido aún, pero mis obligaciones como agujero de descarga están primero que mi necesidad de alimentarme y hay muchos chicos que tienen que vaciar las pelotas a los que no puedo dejar desatendidos. Siete concretamente.

El primero es un tío de 30 años, muy alto, más de 190, castaño claro con el pelo corto. Buen cuerpo blanquito con lunares. No es tan guapo como la mayoría de sus compatriotas pero no está mal. Lo recibo con mi agujero de descarga en alto y él me lo come con mucho arte y luego lo usa con goma. Es algo dominante y agarra mi cuello con su codo asfixiándome mientras me encula. Finalmente se quita el condón y se corre haciéndose una paja sobre mis nalgas. Dejo que su lefa se seque sobre mi piel mientras sigo atendiendo los mensajes que me llegan por Grindr.

El siguiente en venir es un chico de 29. Guapito con rasgos finos, pelo castaño claro perfectamente cortado y repeinado, barbita igual de cuidada y gafas de pasta. “I’m hornyyyy” me escribe por Grindr como suplicando por un agujero. Le digo que OK, pero que si no le importa yo seguiré usando Grindr en el móvil mientras él utiliza mi agujero, que quiero buscar más activos para después. Me contesta que sin problema, que le da igual. Está en PrEP y tiene fetiche por los calcetines deportivos, así que lo recibo a cuatro patas con suspensorios y unos calcetines blancos hasta la rodilla; blancos con un par de franjas negras en lo alto. Llega y sin desvestirse se baja la bragueta y me mete su rabo a pelo. Me está usando a cuatro patas mientras me agarra de los tobillos y huele mis calcetines. Yo sigo a lo mío, intercambiando mensajes y fotos con otros tíos del barrio que quieren pasarse a usarme después, cuando en un momento dado oigo jadear al chico de la barbita detrás de mí y siento que se agarra con fuerza a mis caderas y me da una embestida final más brusca con su cuerpo temblando. Toma lefazo. Acto seguido saca su rabo de mi culo recién preñado, se sube la bragueta y se despide agradecido con una sonrisa. 

Yo sigo a lo mío, a chatear buscando más activos que estén cachondos. Es un placer buscar rabos por Grindr cuando sientes el culo abierto y cremoso, recién preñado. El siguiente en venir tiene 24 años pero está muy bien desarrollado. Es alto, también más de 190cm, con cuerpo atlético, pelo rubio corto rizado y una cara que me recuerda al rival del Daniel San en la primera peli de Karate Kid, el que ahora hace la serie en Netflix. En realidad es como ese rubio cuando era joven en la primera película, pero con el pelo corto y rizado. O también podría pasar por un actor de Bel Ami. El chico se ha equivocado de puerta en el rellano y está llamando al timbre de los vecinos. Le hago una señal para que venga al sitio correcto. Lleva unos pantalones de deporte cortos grises y una camiseta blanca de manga corta. He chateado antes con él y le excita la idea de follarse un culo recién preñado, así que nada más llegar empieza a jugar con mi ojal, a meterme sus dedos, uno, dos, tres, muy brusco, sin ningún cuidado. No es que pretenda fistearme; lo que quiere es tocar la lefa del otro tío en el fondo de mi culo, pero no lo consigue. Así que se pone un condón y me encula. Placa placa placa, su cuerpo atlético rebotando sobre mi culo en pompa como si fuera una cama elástica. Luego continúa el metesaca tumbado sobre mí con su ancha espalda de atleta sobre la mía. Finalmente la saca y me pregunta si he tenido suficiente. Le digo que sí, pero que no se ha corrido. Así que se quita el condón y se pajea sobre mi raja y mi ojal. Siento los chorrazos de lefa caliente lloviendo sobre mi culo. Cuando termina de correrse, recoge la lefa con su dedo y la empuja dentro de mi ojal como diciendo “Ahí la llevas, puta”. Me flipa sentir sus grandes dedos recogiendo la lefa sobre mis nalgas hasta dejaras limpias y luego metiéndomela por mi ano adentro. El rubio no para hasta que tengo toda su corrida en mi interior. Preñado por un dedo.

Cuando se va viene el cuarto de la tarde. 32 años, pelo moreno corto, cuerpo normal, cara agradable. Está en PrEP también y hemos estado chateando todo el día, contándole mis progresos. Estaba a la espera de que estuviera ya preñado para venir a batirme la leche y darme la suya. En cuanto sale del trabajo se pasa para sustituir al atleta rubio dentro de mi culo. Me la mete a pelo y deseo que note los lefazos del rubio y del chico de la barbita que vino antes del rubio. Ya sabemos que esa follada va a acabar en preñada así que no hay prisa, hay que disfrutarla. Me encula durante largo rato hasta que finalmente anuncia sonriente que se acerca el momento. Yo sonrío también y echo el culo para atrás para hacerle saber que estoy dispuesto para recibir su jugo de macho dentro de mi culo y que se mezcle con el de los otros dos. Siempre había fantaseado con ser un cumdump pero hasta ahora nunca había recibido más de una corrida en un día. Un creampie, pero esta tarde soy un pastel tres leches.

El tipo se va y yo decido tomarme un merecido break antes de continuar con mis labores de servicio público recogelefas. Ya empieza a ponerse el sol cuando me escribe el chico de la sudadera con capucha del sábado noche, el de 28 años que me escupió y me metió el condón usado en la boca. Me volvió a escribir el domingo y otra vez el lunes por la mañana para preguntarme cuánto tiempo iba a quedarme en la ciudad, porque le apetecía repetir. Esa tarde me dice que quiere traerse a un amigo, pero que su amigo es hetero y solo se folla culos de CD, que si tengo algo de lencería o algo femenino para ponerme. Le contesto que aquí no, que lo más que tengo es un tanga como de tela de araña (le mando foto). Me dice que eso servirá. Me encanta ese tanga porque me hace un culazo espectacular. Luego os tengo que contar en la próxima entrada la comida de culo que me hizo un negro el finde pasado a través de ese mismo tanga de rejilla.

Pero volviendo a aquel lunes tarde, cuando llega el chico de la capucha finalmente viene solo. Su amigo no ha podido acompañarle. Hoy no lleva sudadera con capucha pero viene con gorra. Se desnuda del todo menos la gorra y empieza a azotarme y escupirme en el culo con la misma actitud de chuloputas del sábado. Nuevamente va tomando fotos de mi culo mojado por sus lapos. Se pone un condón y se mete dentro de mí, tomándose más fotos y vídeos así. En un momento dado oigo en su móvil voces robóticas como entrecortadas e intuyo que está haciendo una videollamada para que sus amigos vean cómo se está follando a la zorra española. O quizá sea el amigo hetero, no sé, no entiendo ni papa del idioma ni de lo que dicen, solo oigo risas y expresiones de admiración y morbo, así que no sé lo que les está diciendo mientras les enseña cómo usa mi agujero.

También toma con mi móvil una foto de su polla ensartada en mi ojal y me ordena que se la mande a la gente que está cerca en Grindr y que los invite a venir a usarme junto a él. Así hago, mientras él sigue dale que te pego, parando de vez en cuando la enculada para contestar mensajes en su móvil que nuevamente ha dejado apoyado sobre mi espalda como si fuera un mesita auxiliar. Culo con mesita auxiliar integrada, el mueble que no puede faltar en casa.

Al rato sale de mi ojal y se va a la ventana del salón. Por gestos me indica que no me preocupe, que siga a lo mío. Lo veo asomándose por la ventana mirando a la calle en una y otra dirección, como esperando  a alguien. Cuando el invitado sorpresa timbra abajo, me pide que abra por el telefonillo. Luego nos volvemos los dos a la cama y él se tumba mientras yo a cuatro patas le mamo el rabo con mi culo en pompa en dirección a la puerta, mi postura preferida para recibir a las visitas.

Empiezo a oír pasos y voces, así en plural y la puerta del piso que se cierra. ¿A cuánta gente ha invitado? ¿Vienen a usar mi culo o a desvalijarme? Al poco entran dos tíos en el dormitorio. Al principio no les veo bien porque estoy a cuatro patas y guían mi cabeza para que vaya mamando de uno a otro rabo. Luego ya les puedo echar un vistazo rápido. Son dos tíos mayores, de 50 o incluso más. Uno de ellos es alemán (eso lo sabré después) de cuerpo grande y fuerte, bronceado, con una cara atractiva y pelo rizado corto algo canoso. Pero no es nada de eso lo que me llama la atención de él. Entre las piernas le cuelga un rabo descomunal, una trompa de elefante gruesa y basta que a duras penas me cabe en la boca. El otro tipo parece mayor y ciertamente no me va mucho, pero como yo siempre digo, ¿acaso las perras escogen a los perros que las montan? Además el tipo es muy atento, besándome y lanzándome piropos mientras se folla mi agujero en la postura del misionero. El improvisado cuarteto dura un largo rato. Vamos cambiando de pareja como en un baile, los tres me enculan por turnos y sorprendentemente la polla descomunal del alemán entra y sale de mí como si tal cosa. También es verdad que es el séptimo rabo que me meten ya esa tarde y mi agujero está muy dado de sí. El chico de la gorra se folla también al alemán, o al menos lo intenta, porque el hombre gruñe con gestos de sufrimiento  así que o tiene el culo muy estrecho o poca experiencia de pasivo. La pareja mayor me ensarta con sus rabos por boca y culo como un cochinillo a la brasa. Finalmente se corren pajeándose el uno sobre el otro y el chuloputas de la gorra me indica que me tumbe porque quiere acabar sobre mi cara. Obedezco y se pone de pie sobre mí, mirándome fijamente. Pese a ser un domtop tiene unos ojos muy dulces. Estamos mirándonos fijamente el uno al otro, incluso con ternura, casi siento una conexión romántica y música de violines cuando un nuevo escupitajo aterriza sobre mi cara, dejándome claro que él es mi chulo y yo su zorra, y acto seguido empiezan a lloverme chorros de lefa caliente que se mezclan con el escupitajo y mi cara acaba cubierta por una mezcla de fluidos del chico de la gorra, una mezcla deliciosa y más nutritiva que cualquier serum. Le doy las gracias por usarme para soltar su lefa y su saliva, y él me contesta levantando un pulgar con gesto afirmativo. Quizá no vaya a ser el tío que me ponga el anillo en el dedo, pero bueno, me puso un condón usado en la boca mientras me escupía. Para que luego digan que no quedan románticos.


Comentarios

  1. Estas a tope tio, como debe ser y sirviendo a tres a la vez.
    Se por experiencia que eso no es facil pero tu puedes con todo jeje

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me habría encantado tenerlos a los tres dentro a la vez, dos por el culo y uno en la boca, pero no pudo ser. También te digo que a esas horas de la tarde estaba yo ya bastante agotado con el ajetreo de día que llevaba y lo único que quería era que descargaran rápido y me dejaran tranquilito jaja

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares