Un gogo de discoteca se bebe su propia lefa que sale de mi ojal como una fuente

Otros 7 tíos me usaron el fin de semana, mi número de la suerte. 

Empecé el año como acabé el anterior, poniendo el culo para un chico joven con calentón. El primero de los siete es un chaval de 24 años, muy delgadito, pura fibra y más bien pollón. Le recibo a cuatro patas. Escucho como empuja la puerta y entra en el apartamento. Se desviste mientras soba mi culo con su mano y acto seguido me la enchufa a pelo. Yo llevo unos suspensorios y unos calcetines deportivos, pero poco a poco me va quitando toda mi ropa hasta dejarme en pelotas. Completamente desnudos los dos, con su rabo caliente dentro de mi culo, piel con piel. Lo oigo gemir y apoyar su cabeza contra mi nuca, suspirando entre jadeos mientras siente el placer que le proporcionan las paredes de este culazo elástico de puta en torno a su polla. Finalmente la saca y se hace una paja salpicando de lefa mi pecho y poniendo perdida la cama.

El siguiente en venir es algo mayor, debe rondar los cuarenta, pero con un cuerpo muy cuidado, musculoso, pura masa magra. Lo recibo igual a cuatro patas y lo primero que hace es amorrarse a mi ojal. Lo lame como un bebe chupando teta. Un bebé con barba que me raspa pero es un placer sentir la barba de un macho así comiéndote el agujero. Luego me la mete, tremendo pollón también, y echamos un buen polvazo que acaba con él soltándome su leche en la postura del misionero entre gemidos agudos incontrolables, casi como un niño, mientras yo abierto de piernas le acaricio la nuca y su espalda hasta que acaba de descargar.

El siguiente es un gamer, un osito con barriguita y pinta de buen chico, pero que tiene su lado picante. Quiere follarme mientras chateo buscando otros tipos por Grindr para taladrarme entre varios. Eso hago, y mientras me bombea yo contacto con otro oso, un muscle bear algo más maduro, rapado con barba y con un cuerpo grande y muy velludo. Al oso maduro le cuento que tengo el rabo del oso joven en mi culo mientras escribo, y eso le excita y se planta en el apartamento en un santiamén. Cuando entra nos pilla en la cama, yo encima del gaymer cabalgando su rabo. Le saludamos sonrientes y él se quita toda su ropa para unirse a nosotros. A partir de ahí hacemos un trío en el que se van turnando para usarme por mis dos agujeros mientras piropean mi culo sin fondo. El oso joven me folla con condón y el oso maduro a pelo, que está en PrEP. Yo no soy muy fan de los tríos, porque me cuesta soltarme y me siento más cómodo follando 1x1, pero al cabo de un rato me he relajado y estoy disfrutando verdaderamente de que me ensarten por mis dos agujeros. El muscle bear tiene un rabo bastante grande que requiere de cierto esfuerzo para recibirlo, mientras que el del gaymer es de grosor normal pero muy curvo, así que cuando intentan hacerme una doble penetración no hay manera.

Finalmente me tumbo boca arriba sobre la cama. El oso maduro me monta en plan misionero y el oso joven está arrodillado detrás de mi, con su rabo palpitando sobre mi cara, así que lo pajeo y chupo como buenamente puedo. Me anuncia que se va a correr, y en esa posición me lo mete en la boca y empieza a descargar entre gemidos. Oleadas de lefa espesa y calentita, con un punto entre salado y agrio, empiezan a llenarme la boca y el oso maduro aprovecha para lanzarse a besarme, un beso blanco en el que jugamos con nuestras lenguas con toda esa lefa pringosa y relamemos el rabo del chico que acaba de correrse, que aún palpita sobre mi cara. En ese momento el muscle bear anuncia que se va a correr también y empieza a temblar mientras le agarro por su peluda espalda y una explosión de lefa me inunda también por mi agujero de abajo. Preñado por boca y culo a la vez por la familia oso. Supera eso, Ricitos de Oro.

Eso es todo por esa noche. El muscle bear repite luego al día siguiente, un tío muy majo y muy caliente. Da gusto cuando te folla un activo así. Entre medias de sus dos visitas viene otro chico, 35 años, delgado y piel bronceada, bastante mono de cara. Es algo tímido y le cuesta quedar con desconocidos. De hecho está a punto de no follarme porque está nervioso y no se le acaba de poner dura. Pero le encanta comer culo y besar. Lleva un piercing en la lengua y cuando me lame la raja me pide que empuje mi agujero hacia afuera. Eso hago y el roce de su piercing con mi ojal me vuelve loquísimo. No puedo parar de gemir mientras me folla con su lengua con piercing. Tras largos minutos de lametazos y comida de culo a fondo, el chico por fin se relaja. Se  relaja tanto que pasa de ser un chico tímido a un kinki, que en cuanto me descuido está intentando meterme su pie por el ojal (solo me mete el dedo gordo, claro). Pie aparte, me da rabo en varias posturas y echamos un polvo apasionado con muchos besos y miradas intensas hasta que me dice que está a punto de correrse y que dónde quiero su leche. Le digo que en mis nalgas y me da la vuelta justo a tiempo para que empiece a llover leche de macho caliente que me empapa el culo y la espalda.

Ya el domingo tengo dos visitas más. Primero un chico treintañero que me echa un polvo muy intenso y escandaloso y se corre, si no me equivoco, dos veces casi seguidas. La primera mientras me taladra tumbado sobre mi espalda, y la segunda una vez se quita el condón, pajeándose sobre mi pecho. En resumen es un muy buen polvo que me deja ya abierto y preparado para el siguiente.

El siguiente es un gogo dancer y modelo italiano, aunque por su cuerpo parece más lo primero que lo segundo, porque tiene uno de esos torsos musculados hinchados como de gladiador romano, y unos muslacos y fuertes brazos tatuados que son un espectáculo. No es el tipo de cuerpo que ves en la pasarela de Milán, precisamente. Aparte de eso es bastante guapo de cara, con barbita corta y pelo muy negro repeinado hacia arriba, brillante de tanto fijador, chupa de cuerpo y vaqueros ajustados. Tiene toda la pinta de un gigoló italiano, aunque en ningún momento me comenta que ese sea su trabajo; solo el de modelar y el de gogo (una de las fotos que me manda, de hecho, se le ve bailando en suspensorios en un local que imagino debe ser una disco gay). 

Está en PrEP y dice que quiere jugar con mi culo y preñarlo, así que lo espero a cuatro patas sobre la cama como una yegua espera a que la monten los sementales. Empuja la puerta del apartamento, que está abierta, y emite un sonido de satisfacción al ver mi culo en pompa y mi agujero listo para ser rellenado de lechita blanca y espesa. Escucho cómo se quita toda su ropa y se coloca detrás de mí. Lo primero que hace es lanzarse a comer culo, yo empujando para sacar el ojal fuera y él lamiéndolo y succionándolo. Luego hace algo que me coge por sorpresa, se amorra a mi ojal y empieza a soplar dentro como quien infla un globo para una fiesta. Después me ordena que "push it" y comienzo a soltar todo ese aire en forma de pedos sobre su perfecta cara de gigoló italiano, sobre su boca y su nariz, mientras él los huele y los aspira. Repite la misma acción varias veces. Estoy un poco en shock, nunca antes nadie me había pedido que le soltara pedos en su cara, pero no deja de tener su morbo.  

Me pone un poco de lubricante y me clava el POLLÓN que tiene entre las piernas, mientras abro los ojos como platos conforme ese mástil de carne se abre paso dentro de mí. Me dice que le encanta mi trasero y me la clava primero desde detrás, yo a cuatro patas en la cama y él de pie, enculándome como un animal, y luego se sube a la cama y se acopla sobre mi espalda montándome como un perro montaría a una perra que se hubiera encontrado en mitad de la calle, su rabo cargado de lefa entrando y saliendo a pelo de mi ojal abierto, esperando el momento de llenarlo hasta el fondo de crema de macho. En ese momento es cuando me vuelvo por primera vez a mirarle (en parte para cerciorarme de que realmente es el tiarrón de las fotos y que esas fotos son actuales) y sí, es él, más impresionante aún bajo la luz cálida del dormitorio que en las fotos. Y supongo que yo debo gustarle también, porque a partir de ahí me da la vuelta y me tumba boca arriba para follarme mirándome fijamente a la cara durante el resto del tiempo que dura el polvo. 

Bueno, casi todo el tiempo. En un momento dado, estando yo boca arriba y con las piernas abiertas agitándose en el aire, él se acopla en sentido contrario; sus pies apuntando a mi cabeza y su cabeza a mis pies, yo mirando al techo y él al suelo. En esa postura digna del kamasutra, su rabazo dilata las paredes de mi ano y lo da tanto de sí que me vuelve loco de gusto y no puedo parar de gemir. 

Al rato me vuelve a bombear en plan misionero mirándome a la cara mientras sostiene mis piernas en alto con sus fuertes brazos y yo exprimo sus pectorales y sus pezones empitonados. Su rabo llega muy hondo dentro de mí y yo jadeo con cada embestida y las ganas y la anticipación de que se corra y me rellene de semen como la puta preñable que soy. Ah ah ah ah... estando así me anuncia que "I'm going to cum" y yo le respondo jadeando que cuando quiera, que no necesita mi permiso porque mi culo está para eso, y entre gruñidos se corre y me llena a rebosar de jugo de semental italiano que yo recibo con una sonrisa de oreja a oreja mientras siento su rabo eyaculando palpitando dentro de mí y mi ojal cada vez más y más cremoso.

Conforme termina de correrse, sale de mí y se agazapa detrás de mi culo para comérmelo. Me tiene en el séptimo cielo entre la follada brutal, la preñada y ahora esta comida de culo inesperada. Me pide que empuje, push it push it, que suelte la leche recién ordeñada de su rabo, y eso hago. Se me escapa a borbotones, un chorro de lefa italiana caliente saliendo por mi ojal y resbalando por mi piel como si fuera una fuente pública de semen. Y él lo lame dando lengüetazos como un perrito, amorrado a mi ojal bebiéndose su propia lefa mientras yo le acaricio su pelo negro engominado y sonrío de puro gusto.


Comentarios

  1. Uff, como me ha puesto lo de los ositos, umm.
    Una cosa, tu nunca mamas o que? será que los mios se lo toman con mas calma o que estoy mas tiempo con ellos porque yo me paso horas mamando tranquilamente y ellos relajados disfrutando.

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    1. Hey, sí que mamo, aunque me pone más recibir por el culo. Me excita mucho cuando los tíos directamente llegan y me montan por el culo, como si lo único que les interesase fuera pillar un agujero para desquitarse. Luego también tengo que reconocer que tengo mucha más capacidad por culo (dobles penetraciones etc) que por boca. Debo tener una boca pequeña o un culo muy elástico, no sé jaja. El finde pasado me usó un negro inglés (hijo de emigrantes africanos) que estaba de turismo por aquí y tenía un rabo enoooorme que con la boca solo podía mamarlo con dificultad hasta la mitad del tronco más o menos y a riesgo de que se me desencajase la mandíbula. En cambio por el culo me entraba como la seda.

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    2. Yo como los mios son mas habituales hay mas tranquilidad. Yo mamo como si me fuera la vida , jeje, la trago, la beso , la lamo, los huevos , les acaricio, uff como me encanta, porque ese es nuestro momento, luego cuando hay que poner el culo ya es mas cosa suya, pero cuando hay que mamar hay que dedicarse con todo, para darles el maximo placer

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