Correrme sin tocarme

Me ha pasado un par de veces, la última la semana pasada. Normalmente no me toco mientras me follan, prefiero concentrarme en disfrutar por el culo y además por lo general llevo puestos unos suspensorios para resaltar mi culo y que el activo no se vea en la obligación de pajearme o hacer que yo me corra.

Pero ha habido dos veces que me he corrido sin necesidad ni siquiera de sacarmela o tocarme, así de excitado estaba. Y curiosamente las dos veces ha ocurrido con activos cubanos.

El primero hace ya unos años. Yo tenía mi perfil en GayRomeo en el que se me veía mi buen culazo redondo y me entró un tío. Era un escort y le dije que no estaba interesado en pagar por sexo, pero el tío me dijo que no iba a cobrarme nada. Simplemente quería usar mi culo porque le había llamado la atención, así que halagado le di el OK.

El tío llegó aquella tarde. Era tal cual su perfil / anuncio, incluso llevaba la misma camiseta. Era un cubano, de raza negra y muy cachas, con unos rasgos muy marcados y pelo largo en trenzas. Qué os puedo decir de su polla? Pues que era un auténtico rabo de caballo, gordo y venoso, algo que asustaba.

Él no era muy hablador ni especialmente agradable al trato, pero tampoco estaba allí para entablar una bonita amistad. Quería montarme así que me puse en el sofá ofreciéndole mi ojal y el tío se echó sobre mí como un caballo montando a una yegua cualquiera. Su polla era algo bestial, difícil de aguantar (creo que solo me ha follado una más grande en mi vida, la de un chaval brasileño que directamente era una trompa de elefante lo que le colgaba entre las piernas).

Estuvimos un buen rato en esa postura, en el sofá, sintiendo su rabo negro taladrándome sin piedad hasta lo más hondo. Poco a poco me fui adaptando a aquella monstruosidad y el placer entonces fue tan grande que empecé a notar que me iba a correr si no paraba de embestirme. Con las siguientes embestidas la lefa empezó a salir a chorros manchando la tapicería mientras yo me agarraba al sofá con las dos manos e intentaba disimular mi orgasmo para no interrumpirle.

La segunda ocasión fue el otro día. Otro cubano, este blanco y rapado, con poco de perilla. Le recibí, nos besamos y nos magreamos y me puso cuatro patas en el suelo del salón. Se puso a comerme el ojal y le facilité un condón para que pudiera metérmela. Eso pareció contrariarle, pero aceptó y me montó de manera un tanto brusca en modo perrito contra el sofá. Pero al rato se le bajó, cosa del condón, y se sentó a meneársela para ponérsela dura otra vez.

Le ayudé con mi boca y pronto estaba otra vez bien duro. Sabiendo que estaba deseando follarme a pelo, decidí darle el gusto durante un rato antes de hacerle ponerse condón otra vez. Él asintió complacido cuando me senté sobre su rabo y empecé a cabalgarlo a pelo, piel contra piel. Eso le excitó muchísimo y empezó a encularme con mucha caña, chocando contra mi culo mientras yo brincaba ordeñándole con mi ojal.

Él estaba cachondísimo y pensé que si no me levantaba pronto y seguía ordeñándolo de esa manera , de un momento a otro iba a estallar y llenarme el culo de leche cubana, trallazos de lefa calentita rebosándome por dentro. Ese pensamiento, la posibilidad de que me preñara en cualquier momento, me excitó enormemente y entonces noté como mi propia leche empezaba a escaparse a borbotones de mi polla (dentro de los suspensorios y juraría que ni estaba dura del todo porque ni me había tocado). No le dije que me acababa de correr, pero ya con la cabeza más fría me levanté de su rabo y le pedí que se pusiera el condón para seguir follándome. Me costó que aceptara, de hecho el tío se negaba en redondo y quería metérmela a las bravas, pero finalmente lo hizo.

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