Cruising junto a la playa gay

 Una playa gay nudista no muy accesible. Hay que caminar un buen trecho para llegar allí e incluso cruzar las vías del tren, y con el calor húmedo acabas empapado. Junto a la playa, hay unos bosquecillos llenos de recovecos que son zona de cruising donde poder follar al aire libre.

Nunca había ido y la idea que tenía en la cabeza era bastante más morbosa que lo que luego resultó ser aquello, aunque al final la cosa se animó y acabé la tarde por todo lo alto, con un tío petándome el culo y público alrededor.

Pero vamos al principio. Un rollo. Gente merodeando de aquí para allá, nada de acción. Algunos se miran, otros ni eso. La mayoría de 35 años para arriba (entre 35 y 55 diría yo), por lo general atractivos, con su moreno de playa, barbas con algunas canas, aunque también ves algunos tíos más jóvenes e incluso algún chaval. Un tipo bastante guapo, con barba y de unos 30 me mira desde su sitio, pero entre las gafas de sol y la distancia no acabo de entender si es una invitación o no. Pasan otros tres tíos jóvenes bastante atractivos, que se ve que vienen juntos de la playa y buscan arriba un sitio más apartado donde liarse.

Un tipo pasa a mi lado y se me queda mirando tocándose el paquete. Cuarentón, gafas de sol, pelo corto, bastante moreno, recio. Tiene pinta de empotrador así que acepto su invitación y me arrodillo, pero dice de irnos a un sitio más discreto y apartado (mierda, yo quiero que me vean!) porque ahí estamos en mitad del camino. 

Subimos por un caminillo entre la maleza y pasamos al lado de los tres buenorros de antes que están desnudos en círculo pajeándose y sobándose las nalgas bronceadas unos a otros. Encontramos nuestro propio rincón y ahí me arrodillo por fin a mamarle. Tiene el vello púbico muy rizado y una polla que no acaba de ponerse dura del todo porque probablemente está un poco nervioso. Finalmente, consigo ponérsela lo suficientemente dura y le ofrezco el culo. Quiere clavármela a pelo pero lo digo que con condón. Por un momento me la mete y disfruto de unas pocas embestidas mientras contemplo el mar desde ese sitio oculto del bosque donde nos hemos colocado. La polla no le dura tiesa. Se saca el condón y finalmente prosigo mamándosela hasta que lo noto gemir más de la cuenta y me la saco de la boca para que riegue de lefa el bosque.

El tipo se pira y me deja solo, enjuagándome su lefa de mi boca con una botella de agua. Vuelvo a la zona de cruising principal, doy un par de vueltas y veo a un tipo que me pone mucho. Negro latino, alto y en forma, con una camiseta como de basket. En un momento dado nos miramos en la distancia pero estamos lejos en ese momento. Sigo dando una vuelta y veo a un tío con gafas de sol, un cigarro y la polla tiesa en la mano. Paso a su lado, nos miramos y le acaricio la polla. Se la sobo lentamente, primero con mi mano, luego con mi boca. Una suave mamada mientras se fuma su cigarro. Al rato me incorporo, le sonrío y sigo mi camino. 

Sigo paseando y oigo unos gemidos. Desde donde estoy puedo ver a una pareja de cuarenta o así, atractivos, follando algo más abajo. Follando de verdad, cosa que no parece que haga nadie más aquí. Uno está apoyado contra su toalla ofreciendo su agujero y el otro lo encula a conciencia desde atrás. Algunos tíos los miran a unos metros de distancia y uno de ellos es el negro latino que me había gustado. Bajo hacia ellos y me acerco lo suficiente al latino como para ver que tiene su pollón bien duro abultando dentro de los pantalones cortos de deporte. Al verme, me indica con la mirada que ya estoy tardando en arrodillarme.

Le hago caso y me pongo de rodillas. Le bajo los pantalones y se libera un pollón moreno de más de 20cm (no es que tenga una cinta métrica en la boca, pero sé lo que me digo) que me como con auténtica devoción. Una gozada. Las rodillas después las voy a tener echas polvo, pero una buena puta se arrodilla ante un macho así sin importarle unas estúpidas rozaduras.

Al poco de mamarle me dice que quiere follarme el culo, así que me doy la vuelta y me bajo los pantalones y la ropa interior hasta las rodillas para ofrecerle mi culazo. Pienso que ese pollón así de golpe me va a doler, pero sorprendentemente entra como la seda y en nada está enculándome de pie, con sus manos recorriendo mi torso y mis pectorales mientras yo me agarro a una rama o donde puedo para no perder el equilibrio con sus embestidas. Me quito los pantalones para ponérselo más fácil y me inclino hacia delante con las manos en la tierra mientras su rabo de caballo continúa abusando de mi ojal. 

A nuestro lado está la pareja de antes, que han parado la enculada. Al otro lado hay otro par de guiris nudistas y en lo alto veo a más tíos asomados sin quitar ojo del espectáculo de las parejas que estamos allí follando. Una improvisada orgía al aire libre. Por mi parte, tener público mientras me dan por culo me excita. No estoy cortado ni siento pudor. Al contrario, me exhibo como una perra y disfruto como una perra. Gimo con cada embestida, noto ese pollón oscuro taladrándome hasta lo más hondo, sus manos sudorosas agarrándome. Quiero que todos nos vean. 

El tío es un empotrador cañero y rompe el primer condón mientras me folla. Le doy un segundo condón y al rato lo ha roto también. Me dice "tienes un culazo que rompe los condones. Seguro que en una noche te rompes toda una caja". Eso me excita. Me excita que me imagine poniendo el culo para muchos tíos en una sola noche, gastando una caja en una noche, con los condones rompiéndose de lo fuerte que me empotran. Cómo me ha calado nada más verme. 

Se pone un tercer condón y prosigue la follada. Mi ojal está lubricadísimo y el rabo entra sin dificultad, hasta el último centímetro, chapoteando. Mientras lo hace me pajeo y en un momento dado no aguanto más y me corro. No hago ruido pero debe haber notado las paredes de mi ano contrayéndose espasmódicamente abrazando su rabo y me pregunta si me he corrido ya. Le digo que sí, pero que siga si quiere. Y sigue follándome un rato más, pero después de eso y de charlar un rato (aparte de estar muy bueno, es un tipo majo) nos damos un beso y nos despedimos, no sin antes acariciar una última vez su torso y sus pectorales morenos sudados por el calor del verano y de la follada.

Comentarios

  1. Sin duda me habría encantado estar ahí también, mirando...
    <3
    Un abrazo.

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  2. Tienes la habilidad de ponerme cachondo, jaja...
    Totalmente de acuerdo con que mostrarte y que te miren resulta un plus para excitarse. Y si se animan a colaborar, más todavía. Pero eso entra ya casi en la pornoficción ;-)
    Los que se cortan que se les vea no tienen ni idea del morbo que se pierden.

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    Respuestas
    1. Ya ves. El caso es que en el día a día yo soy bastante reservado, pero a la hora de follar me encanta que todo el mundo vea que soy una puta y mi culo lo disfruta.

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    2. Despues de tantos años me sigue cohibiendo un poco mirar a la cara a gente mientras me estan enculando, pero lo de tener espectadores forma parte de nuestros servicios, a los machos les encanta que todos vean como se follan a otro.

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    3. Yo al principio también era tímido en ese aspecto. Me daba reparo tener sexo en público, aunque ocasionalmente nos pillaba algún mirón (en un parque de noche, en la playa) y no era para tanto. Luego tuve una experiencia super morbosa en Holanda que ya conté por aquí (https://a4patass.blogspot.com/2017/12/eagle-bar-2-parte-un-adonis-negro-me.html), en la que un activo muy cañero y exhibicionista me folló en un local delante de los camareros y los clientes y tres chicos se pusieron a nuestro lado a jalearnos y a charlar con nosotros mientras estaba abierto de piernas recibiendo rabo. Fue una experiencia tan morbosa y divertida que a partir de ahí se me fueron todas las inhibiciones.

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    4. A mi siempre me ha llamado la atención lo de mirar más que otra cosa, pero viendo vuestros comentarios me está dando mucho morbo lo de sentirme exhibido por alguien 🥵

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