Con el culo en pompa para un chaval de 18 años

Este año me deben haber follado ya entre 25 y 30 veinteañeros, o incluso de menos edad, aunque siempre dentro de la legalidad. La semana pasada sin ir más lejos visitaron mi puerta trasera estos cinco:

Llega el primero, un chico de 26 años, alto y delgado, con una cara muy agradable y mirada de pícaro. Conectamos muy bien y de hecho quedamos varias veces mientras estoy en su ciudad. Es hablador y divertido, el tiempo se te pasa volando con él. Hasta el mes pasado solo había estado con chicas. Yo soy el segundo tío con el que tiene sexo y viene dispuesto a probarlo todo. Besos, sexo oral, comer culo, activo, pasivo... 

La habitación es calurosa y nos pasamos todo el rato empapados en sudor. Si me monta en posición del misionero su polla siempre se le acaba resbalando fuera de mi agujero. Debe estar acostumbrado a las tías y aún le queda por hacerse a las hechuras de un culo de pasivazo. 

A la hora de hacer de pasivo, le cuesta. Dice que mi polla es enorme (ya os digo yo que no, no está mal pero tampoco es una XXL) y pone caras exageradas de sufrimiento mientras se sienta en ella con su  culo como si lo estuvieran ensartando en una lanza. Pero finalmente consigo follármelo con comodidad y como se merece, y acabo en plan perrito encaramado a su espalda, vaciando el contenido de mis huevos dentro de su culo de -ya nunca más- hetero.

Me escribe un colombiano trotamundos de 25 años, no muy alto, moreno, cejas espesas y orejas de soplillo, cosa que me pone. Quedamos en que venga a montarme porque va lleno. Por el camino me mensajea para preguntarme si me apetece beberme también sus meados. Le digo que mejor no, pero ya me hago una idea de la clase de top que es. Efectivamente, cuando llega y lo recibo con el culo en pompa, se lanza a usarme como un salvaje. Me muerde la nalga, el hombro y mientras me encula me tira con fuerza del pelo como si quisiera arrancármelo. Me quejo y le pido que me suelte. Lo hace por unos momentos pero después me vuelve a tirar aún con más fuerza sin sacar su rabo de mi agujero. Es un cabrón pero él manda, él se folla mi culo de puto como le da la gana. Cuando le he servido para desfogarse, su actitud cambia. Es de hecho un tipo muy majo e incluso nos quedamos hablando y riendo un buen rato.

Estoy de tranquis en el piso y me escribe un chaval de 18 años. Le pregunto para cerciorarme, que no tengo intención de ir a la cárcel por un polvo y él me asegura ser mayor de edad. Dice ser bi y quiere básicamente una mamada. Yo preferiría sexo anal, pero le digo que OK. 

Llega y es un chaval mono, con cara de buen chico, pelo castaño rizado y una naricilla respingona muy graciosa. De cuerpo bien, bronceado, no está muy definido pero tiene vientre plano y unas caderas anchas, con muslos turgentes y culazo. Yo había puesto una luz tenue e íntima pero él insiste en encender todas las luces a tope, como si estuviéramos en el supermercado. Pues vale. Nos desnudamos y se tumba bocarriba con la polla tiesa mientras yo bajo a servirle con mi boca, suavemente, lamiéndola, metiéndomela hasta la campanilla, y mirando de cuando en cuando su carita para ver cómo disfruta.

Está algo nervioso. Se frota contra mí, me da pequeños besos en el cuello y en el pecho. Me dice que quiere mamármela pero con condón. Desde luego el chico se toma en serio el sexo seguro. Le digo que vale, así que es mi turno de tumbarme y, cuando la tengo dura, ponerme la goma para que él se la zampe toda. Miro y veo su boca tragándose mi rabo hasta la base, una y otra vez, con dedicación. Él parece contento chupando goma y yo disfruto del calor y la humedad de su boca.

Me dice que quiere probar a metérmela, así que me pongo diligente a cuatro patas ofreciendo mi agujero. Tiene una polla de tamaño estándar y me entra sin dificultad. Se mueve lentamente dentro de mí, disfrutando del calor de mi ojal. Se me sube como un perrito, su culazo sobre mi culazo y su polla abriéndose hueco en mi agujero. Luego me tumbo bocabajo y se echa sobre mí sin sacarla, clavándomela hasta lo hondo mientras entrelazamos las manos. Sus movimientos son bastante raros, tiene poca experiencia o prácticamente ninguna follando culos.  

Al rato me dice que quiere probar a que yo se la meta. Se pone en cuatro y su culazo es un espectáculo. Un melocotón redondo, carnoso y terso a la vez, bronceado aunque menos que el resto de su cuerpo y cubierto de vello castaño.  Yo no soy muy de comer culos, pero cuando te ponen delante un CULAZO de 18 años como ese, te lo comes. Así que le meto la lengua hasta el fondo y le doy lametones a ver a qué sabe, mientras le hago también cosquillas con mi barbita. Intento metérsela pero eso está tan estrecho que es muy complicado.

Seguimos un rato más alternando roles y finalmente me pregunta dónde quiero su leche. Le digo que "tu lefa, tu decisión" y me contesta que quiere acabar sobre mi pecho. El chico se pone de rodillas a mi lado pajeándose frenéticamente, la cara de placer, frunciendo su naricilla, y pronto me llegan sus lefazos calientes uno tras otro.

Conforme sale por la puerta vuelvo a Grindr porque tenía una conversación a medias con un napolitano muy atractivo de 26 años, que es el siguiente en entrar por mi puerta. Cuando lo veo pienso dos cosas: una que es guapísimo, y dos que es tan arquetípico que parece una parodia de italiano. Tez morena, pelo negro untado en vete a saber qué producto, ojos profundos y un bigotito negro de mafioso años 30. Tiene muy buen cuerpo y un rabazo que cuando se lo mamo crece y es enorme. Al chico parece que le he gustado también porque no para de mirarme con sus profundos ojos de mafioso de película y repetirme "Sei bellisimo". No hijo no, el bellísimo eres tú. Pero no me quejaré por los cumplidos, claro. 

Lo que viene es un polvazo intenso con mamadas mutuas, su lengua y su bigotito lamiendo mi agujero, una tremenda enculada a cuatro patas, yo sin poder parar de gemir por ese grosso pepperoni dentro de mí, luego cabalgándolo, pajeándolo con mi ano mientras nos besamos, y finalmente yo tumbado bocabajo y él brincando sobre mi culo clavándola rítmicamente hasta que me dice algo como "Sto venendo" y le digo que sí, que se venga dentro de mí, y comienza a gemir mientras llena el condón de lefa en mi interior. Acabamos y nos quedamos un rato de charla, me pide mi contacto para seguirnos y nos despedimos con un beso en la boca.

Más tarde el mismo día, estaba ya casi para cerrar el chiringuito cuando me escribe un chico de raza india de 25 años. Chapurrea el idioma pero no hace falta más. Es de Sri Lanka, está estudiando en Occidente y lo mantienen sus padres, según me cuenta. Ya relaté una vez por aquí una experiencia morbosa con un dom top salvaje de Sri Lanka que me montó en un local de Londres, gruñendo y corriéndose dos veces seguidas en mi culo. Este es más dulce pero igualmente intenso. Llega y es un chico realmente guapo. Tez oscura, pelazo indian style, barba espesa, ojazos profundos, sonrisa encantadora y cuerpo delgado. Su polla es un poco pollalápiz, pero después del rabaco del italiano ya me va bien, que estoy cansado. 

Tenemos un polvo de esos apasionados porque además es muy besucón. Me come el culo, yo le como el rabo, casi un 69. Hoy llevo puesto una especie de tanga spider web muy de puta ordinaria, que me hace culazo. Me separo la tira del tanga y las dos nalgas y me siento sobre su cara, mi culazo redondo y blanco sobre su cara morena y todo ese vello facial. Él se pone a mil y siento su lengua lamiéndome el ojal como un perrito obediente. Está excitadísimo. Me tumba con las piernas en alto y me la mete a pelo pero le pido que se ponga condón. Accede y continúa follándome en distintas posturas (misionero, a cuatro patas, él tumbado para que le cabalgue yo)... así unos buenos veinte minutos.

Vuelve a metérmela mientras le pongo mi culo de zorra en pompa. En un arrebato se quita el condón y me la mete otra vez a pelo. "¿No condón?" le pregunto. "No condón" sonríe él. Decido dejarle que me use un rato a pelo y me muestra su agradecimiento exagerando sus sonidos de placer. Finalmente la saca y nos ponemos de lado haciendo un 69. Veo su cara de perfil, la mandíbula y la perfecta barba espesa mientras sus labios rodean mi polla y su mano me pajea para ordeñarme, pero cuando estoy a punto se la saca rápido de la boca y no consigo acabar. Le pido que me vuelva a meter la polla por el culo, ahora de lado, yo tumbado con una pierna levantada sobre su hombro. Me pajeo mientras me encula a pelo y ahí sí que no puedo más y empiezo a soltar toda mi lefa como un aspersor. Él se excita con mi corrida y me vuelve a colocar en posición de misionero para acabar dentro de mi culo y preñarme, pero le digo que nanai, que "inside no". Así que algo decepcionado la saca y me pregunta "Your face?". Le digo que vale y viene de rodillas a pajearse a mi cara. Cierro los ojos y la boca y al poco empiezo a escuchar sus jadeos y a notar espesos chorrazos de leche de Sri Lanka cayéndome calentita sobre la mejilla y la barba.