Agujero de descarga para un montón de veinteañeros cachondos

Eritrea. Sé que existe y que está en África pero no sabría ubicarlo exactamente en el mapa y nunca antes había conocido a nadie de allá. ¿Qué posibilidades hay de que me follen dos tipos de Eritrea en un mismo fin de semana? Pues eso. 

Los dos son negros aunque el segundo presenta unos rasgos que podría pasar por latino. El primero tiene 22 años y poca experiencia en hombres. Usa mi culo con extrema suavidad, casi ni lo tono. Luego se tumba para que yo haga todo el trabajo. Es un poco muermo, la verdad. Se corre una primera vez muy rápido, en el condón mientras me penetra, pero se queda en mi cama viendo videos en Facebook con caracteres arábigos mientras se la chupo para ponérsela dura de nuevo y que me folle una segunda vez aún con menos chispa que la primera.

Su compatriota del día siguiente, de 25 años, es todo lo contrario. Lo recibo a cuatro patas y nada más llegar se monta sobre mí como un perro dándome rabo por el agujero. Me escupe repetidas veces en la boca y me folla con un punto de dominación, sin apartar su mirada intensa de la mía. También se corre dentro de mí, en el condón.

El tercer negro del fin de semana es norteamericano pero vive ahora en Alemania. Tiene 25 años también y un cuerpo que es un auténtico monumento. Piel oscura y sedosa, musculado, con abdomen liso y unos pectorales que podrían derribar una puerta. Su cara es también bellísima, con unos pómulos marcados, unos labios de morirse y mirada de saberse guapo. Nada más verme a cuatro patas se lanza a comerme el culo y es una de las mejores comidas de culo que me han hecho en la vida. Lo hace de manera delicada, jugando con su lengua con mi ojal y mi periné. Me tiene a mil. Está en PrEP y hemos acordado que si le da la gana puede preñarme. Así que se monta encima de mí en plan perrito y empieza a encularme, apoya su cabeza contra la mía y me da rabo sin parar hasta que su respiración empieza a entrecortarse y me pregunta "Do you want my load?", a lo que yo contesto "Yes, please!" y luego un "Thanks, thanks", así muy educado y agradecido por que me rellene de crema como un bollito. Cuando acaba estamos hablando un rato. Tiene un acento que no entiendo ni papa de lo que dice pero luego me escribe más tarde por Grindr que le ha encantado follarme y que le gustaría repetir si volvemos a coincidir en alguna ciudad.

Por motivos de trabajo, viajo mucho, por España y por Europa. Y aprovecho los ratos libres que tengo para servir a "horny tops with full balls". Es por esto que la mayor parte de mi clientela son gente muy joven, que son los que están con las hormonas burbujeando, su fábrica de leche no descansa y viven permanentemente cachondos y con ganas de descargar. El siguiente fin de semana me follaron un tío de 22, uno de 25, uno de 23, uno de 19, otro de 23, otro de 28 y el último no sé la edad (ese podría estar ya en la treintena). 

El de 22 viene de sábado noche con una foto de su novia en el fondo de pantalla del móvil y un poco colocado por la coca. Si lo llego a saber no habría quedado con él, no me van nada las drogas ni los drogados, pero me lo dijo luego. Es mono, con cara de buen chico, algo recio de cuerpo sin estar gordo. Me come el culo de manera compulsiva, a lo bestia y con una barba de dos días que me raspa. Me deja escocido por dos días. Como no se le empina por la coca, sigue comiendo culo como un salvaje hasta que le tengo que parar porque si no habría acabado sin poder sentarme en una semana. Finalmente consigue que se le ponga dura y me folla un buen rato, grabando vídeos incluso con su móvil, pero no puede correrse.

El de 25 es un poco un mini-hooligan. Con un tatuaje en el pecho que dice PUNISHER (castigador), un corte de pelo que resultaría demasiado cani hasta para el rey de los canis, rubio decolorado en parte, un septum en la nariz y un poco de barriguita cervecera. Me usa sin goma. Me folla primero a cuatro patas y luego me dice que si quiero su leche, tengo que trabajármela, así que se sienta al borde de la cama y yo lo hago encima de él, metiéndome a pelo su rabo por mi coño de hombre y moviéndome en plan zorrón en círculos sobre él, ordeñándolo, bate que bate haciendo mayonesa, mientras él se abraza a mi pecho y gime cada vez más fuerte y en un momento empieza a correrse dentro de mi culo como un geiser de lefa. Cuando me levanto su leche de macho de barrio gotea desde mi culo redondo, cayendo a chorro desde mi ojal dado de sí, salpicando de gotas blancas y espesas el suelo del dormitorio.

El de 23 viene a la tarde siguiente. Es americano, alto, fuerte y con gafitas de pasta. Es discreto como él solo. Se baja los pantalones, me la enchufa a pelo y comienza a follarme sin decir ni media. En algún momento saca fotos de su rabo en mi culo pero el sonido del flash es todo el ruido que hace. Llegado un momento, hunde su rabo hasta el fondo y se queda quieto. No jadea, ni gime ni dice nada. Imagino que se está corriendo porque siento su polla palpitando dentro de mí, de forma pulsátil como hace al eyacular. La saca, se sube los pantalones y se va por la puerta sin decir ni media, igual que había venido. Yo justo después tenía entradas para ir a ver una especie de show al aire libre, así que hago un stop en mi labor de descargar rabos y me voy a la calle bien preñado, notando mi culo cremoso durante toda la noche hasta que vuelvo a casa y enciendo nuevamente Grindr.

Llega entonces el de 19 años, que en principio busca gente de menos de 28, pero un agujero es un agujero y tiene una emergencia de huevos llenos. Es un chico bastante guapo, típico inglesito pero de los guapos, pelo color paja, piel blanquita, cara de muy joven con unos rasgos muy bien proporcionados y una naricilla muy sexy. Me encula a cuatro patas, interesado solo en mi agujero y en usarlo para poder desahogarse. Le cuesta correrse un largo rato, me azota y me encula sin descanso hasta que finalmente se corre dentro de mi culo. Otro que se larga sin decir ni mu, dejándome solo su condón usado como souvenir al lado de mi agujero para descargas.

El siguiente tiene 23, también bastante blanquito con un flequillo largo y rizado rubio oscuro. Me come el culo y me folla con muchas ganas, pero no consigue correrse porque es tarde y está cansado. Cuando se va llega el siguiente que estaba en cola esperando fuera en la calle. 28 años, super fibrado, con barba y cejas oscuras y bastante guapo de cara. Muy sexy el cabrón. Follando es muy dominante.  Me azota, me escupe, me estruja las nalgas, me la mete a pelo y me embiste como un toro... Son las cuatro o las cinco de la madrugada y es el cuarto tío que me taladra esa noche, así que estoy que no puedo más. Por suerte él tampoco, y llegado un punto tiene que parar y tumbarse exhausto. Entonces el polvo cambia y pasa de ser un "aquí te pillo aquí te mato" usando mi ojal de manera impersonal, a un polvo apasionado con besos, lamiéndonos hasta el último rincón y diciéndonos lo "gorgeous" que nos parecemos el uno al otro. Acabamos con él tumbado y yo sentado encima cabalgándolo. Le beso y hundo mi cara junto a su oreja, gimiendo, mientras él acelera el ritmo en un metesaca rápido, como un pistón hasta que empieza a gemir y anunciar que se está vaciando dentro de mí, como un aspersor, leche de tío bueno untando las paredes de mi culo.

El siguiente, de edad indeterminada y ciertamente con escaso parecido a sus fotos de perfil, es un chico indio de aspecto viril (piel tostada, muy velludo, de cuerpo algo carnoso, con unos labios suaves y ojos profundos). Ocupa el lugar que ha dejado el guaperas barbudo de antes y se lanza a comerme culo, rabo, boca... Me folla durante una eternidad (son las 6 de la mañana y no parece tener prisa aunque ve que me caigo de sueño) hasta que finalmente se corre haciéndose una paja.

Hasta ahí mi visita a esa ciudad europea. Luego también he viajado por España y en concreto pasé unos días en una ciudad costera. Allí hice de activo una noche, usando el culo de un chavalito de 23 años y comiéndole el culazo peludo a otro. Luego un latino de 21 años, casado, le puso los cuernos a su mujer descargando dos veces seguidas en mi culo en menos de media hora. Lo siento chica, culpa a tu marido, no a este agujero de uso público. Yo solo cumplo mi función. También me reventó un maquinista de tren bastante morboso y un chico negro latino muy dulce, besucón y adulador. Por último, me escribió un chico de 24 años discapacitado pidiéndome que le hiciera una paja, ya que él no podía. El texto probablemente me lo mandase algún cuidador o alguien de su familia, porque él no sé cómo podría haberlo hecho. Me sentí mal por el chico, porque tener esa edad, tener esas necesidades y no poder ni siquiera hacerte una paja, debe ser muy difícil de llevar. Como tenía un rato libre fui a su casa y me recibió en el portal, en su silla de ruedas. Era un chico muy dulce, un encanto. Le pregunté si quería que le sacase la leche con mi mano o con mi boca. Me contestó que con la boca. Me llevó a un cuartucho apartado en el parking del edificio donde imagino que suelen hacerle las pajas otros chicos con los que contacta y me arrodillé para servirle. Tuve que bajarle los pantalones de chandal y luego volvérselos a subir sobre toda la lefa que había soltado (al final se la mamé pero acabé pajeándole mientras le miraba cómo se tensaba y disfrutaba al correrse). Me dijo que no me preocupase por la lefa en su camiseta, que ya le limpiarían arriba (su familia o su cuidador) y me dio las gracias.

Ya en casa he estado también recibiendo a varios de mis habituales, a algún repetidor (como un chico latino muy finito de apenas 22 años que ya me había usado meses atrás o un andaluz guapísimo que ya ha descargado un par de veces en mi culo usándome a cuatro patas en el salón) y a algún nuevo fichaje, como un pijo hetero de 24 años bastante mono y bien vestido con su camisa de salir los sábados, que acabó la noche corriéndose en mi boca, o un chico colombiano fibrado y con pelo rizado que vino el otro domingo ya cuando amanecía, recién llegado de salir de fiesta, en camiseta de tirantes y dispuesto a soltar dentro de mí toda la lefa acumulada durante esa noche de desfase. Agradeció que lo recibiera ya con el culo en pompa encima de la cama, con mi servicial agujerito listo para ser usado. Venía ya con la polla tiesa, así que directamente se bajó los pantalones y se me acopló por detrás, plas plas plas plas chocando rítmicamente y finalmente gruñendo del gusto mientras se corría dentro de este puto culazo sin fondo, preñándome hasta las trancas. La sacó aún goteando de mi agujero y se la volvió a meter en el pantalón para luego despedirse con una sonrisa, más aliviado después de haber descargado los huevos.

Comentarios

  1. Me alegro de que hayas vuelto, animo y a seguir sirviendo a machos

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    1. Gracias. Esa es mi función, que no se quede ningún macho sin descargar los huevos ;)

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  2. Menudo catálogo variado de folladores que tienes ! Haces bien, hay que servir al macho necesitado ;-)

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    1. Pues llevo casi dos semanas sin follar. Puse el culo para dos colombianos una noche y desde entonces nada. Y ahora con la familia estos días... En cuanto pasen las fiestas pienso ponerme a cuatro patas y no levantarme hasta que hayan descargado todos los tíos del barrio jaja. Felices fiestas ;)

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