Tomando el sol en la playa con el culo lleno de corridas de desconocidos

Este 2023 que acaba me han follado 145 tíos distintos, algunos de ellos más de una vez, con lo que si sumo el tiempo, he estado el equivalente a días y días recibiendo rabos de machos por el culo. Casi la mitad de los activos eran veinteañeros, que son una fábrica de leche 24/7. Siempre van cachondos y con ganas de descargar los huevos a cada momento. Chicos de todas las razas y de un montón de nacionalidades: Brasil, China, Guinea, Argentina, Honduras, Irlanda, Francia, Italia (hasta 7 italianos), Costa Rica, Canadá, México, Colombia (me salen ahora mismo 6, pero juraría que han sido más), Japón, Singapur, EEUU, Pakistán, Bielorrusia, Inglaterra, Escocia, Polonia, Portugal, Austria, Dinamarca... Mi agujero lo han usado sin parar y me llena de orgullo haber contribuido a que tantos y tantos chicos encontraran un ojal disponible para soltar su lefa cuando más lo necesitaban. Sé que he estado ausente del blog la mayor parte del año, pero intentaré compensarlo haciendo un resumen de las experiencias más morbosas que me he dejado en el tintero en las publicaciones anteriores. Comenzamos:

Voy a un local llamado XKBOYS, que es enorme y los domingos por la tarde se pone a tope. Es amplio pero bastante oscuro y apenas alcanzas a ver nada salvo en los pasillos. Tiene muchas cabinas y tres salas comunes más grandes donde la gente se soba y se mete mano y todos follan, pero me agobio un poco porque hace demasiado calor y con la penumbra apenas puedo ver quién me toca. La sala que más me gusta es una en la que hay una gran plataforma acolchada en el centro en la que los pasivos se ponen a cuatro patas ofreciendo culo a quien quiera montarlos; ocho o diez pasivos ofreciéndose a la vez. Pienso en subirme y poner culo pero en este local todo el mundo folla a pelo y no me gusta la idea de poner culo sin saber quién me la mete. No es como en Grindr, que puedo ver con quién quedo, de qué palo va y en función de eso decidir si le dejo mi culo, a pelo o con condón. Así que me limito a observar casi todo el rato en plan voyeur. Delante de mí se coloca un chico negro, atlético y con un culazo redondo en suspensorios blancos, enorme y fibroso, un culo tan perfecto e inmenso que probablemente tenga su propio campo gravitacional. A mí al menos me atrae hacia él como un imán. Quiero comerlo, quiero follarlo, así que me saco la polla y comienzo a pajearme para ponérmela dura y enchufársela, pero antes de que pueda siquiera acercarme al chico llega otro tipo, treintañero con barba castaña y buen cuerpo, y se mete mi polla por su ojal, empujándome contra la pared y restregándose bruscamente para autofollarse el culo con mi rabo. Me siento violado pero también excitado, el tipo está muy bueno y se siente uno muy a gusto y calentito en su interior, pero siento que si sigue así mucho rato no voy a poder contener la leche, y aparte me preocupa que el pasivo negro pueda irse o que otro se me adelante y se lo folle primero, así que cortésmente aparto a mi atractivo violador y me acerco a la mesa donde me espera ese culazo oscuro y redondo a cuatro patas. Le pongo la punta en el ojal y empujo. Mi rabo se adentra en ese acogedor túnel de carne calentita y me agarro a sus caderas para poder usarlo a mi ritmo. Noto cómo me envuelve y la fricción de mi rabo contra las paredes de ese culo que es pura fibra y músculo. Y cómo disfruta la muy perra... me encantaría llenarla de lefa como se merece, pero no quiero correrme tan pronto porque apenas acabo de llegar.

Otra noche, un negro latino con pinta de modelo de Abercrombie, pelazo afro, grandes labios y un cuerpo escultural musculado en su justo punto. Hace años que le sigo y lo veo aquí y allá, pero nunca me había decidido a escribirle hasta una noche que lo veo conectado en Grindr con el nick "Te preño". No voy a dejar pasar la oportunidad, así que contacto y quedamos en mi casa. En persona es un chico sencillo, tranquilo y sonriente, con pinta de buenazo. Sus labios son increíblemente suaves y su pelo rizado del tamaño de dos cabezas mías. Acabo tumbado en el colchón, boca abajo y él acoplado sobre mi espalda, sirviendo rabo cada vez con más intensidad mientras yo gimo y disfruto como una perra con las embestidas. "Quieres leche? Quieres leche?", me pregunta, y claro que quiero leche, de ti quiero la Central Lechera Asturiana entera, quiero que me desborde y se salga de mi ojal cayendo nalga abajo. El chico no aguanta más y empieza a correrse escandalosamente entre gruñidos y sonidos guturales. Una preñada salvaje de tremendo semental.

Es verano y estoy en la playa pasando unos días en familia, permanentemente cachondo pero sin sitio ni apenas posibilidad de quedar con nadie. Por las tardes, cuando bajo a la playa, a veces doy pequeños desvíos para servir de agujero de descarga a los tíos del barrio, locales o veraneantes como yo. Muy cerca del paseo marítimo vive un oso, de esos barbudos de cuerpo grande y peludo. Pico el timbre y subo. Voy vestido con ropa de playa, bañador, chanclas, gorra y la mochila con la toalla, y él me espera dentro de  la bañera con la polla ya tiesa saliendo del agua como el periscopio de un submarino. Entro, dejo mis cosas en un rincón y me bajo el bañador para liberar mi culazo de puta. Me arrodillo junto a la bañera y le agarro el rabo interrumpiendo su paja. Me lo llevo a la boca y le doy unas chupetadas. Después me meto en la bañera de pie, dándole la espalda, y me agacho hasta que el ojal de mi sacaleches toca la punta de su polla. Huelo un poco de popper y me siento sobre su polla, que me entra hasta lo más hondo. Agarrado al borde de la bañera, comienzo a subir y bajar sobre su rabo, masajeándolo con las paredes de mi ano mientras suena el chapoteo del agua conforme mis nalgas chocan contra su pelvis peluda. Después cambiamos de escenario, salimos de la bañera y nos vamos al dormitorio. Allí hay dos camas individuales. Él me sube a la primera y me coloca a cuatro patas en el borde, ofreciendo culo. Se sitúa detrás de mí, con su cuerpo grande y velludo todo mojado; el pelo húmedo se pega a su piel en pecho, barriga, espalda, hombros, piernas... un gran oso mojado que quiere descargar y esa tarde tiene un agujero a su disposición para hacerlo. Me monta sobre la cama, embistiéndome sin ningún cuidado hasta que se agarra a mis caderas con sus manos mojadas y gruñendo hunde su rabo en mi interior mientras siento cómo dispara trallazos de lefa calentita y espesa. Cuando acaba, me vuelvo a poner el bañador con cuidado de que no se me salga su delicioso souvenir, y me voy a la playa a bañarme y tumbarme a tomar el sol como todos los días de esa semana, con el culo lleno de corridas de desconocidos.

Noche de verano. Un chico asiático que viene a usarme de forma habitual desde hace años. Ahora tiene 24 pero cuando viene sigue igual de apasionado, besucón y caliente. Hay gente que echa buenos polvos pero te cansas de quedar con ellos después de unas cuantas folladas. Con este chico nunca me canso; es morboso, cariñoso, vive permanentemente cachondo y besa genial. Dice que soy su culo favorito, así que ahora que está en PrEP le dejo que se corra dentro, que es algo que siempre me pedía. Me abro de piernas y se monta encima y me besa excitado mientras me da rabo sin cesar hasta que llega al orgasmo, y yo le sujeto acariciándole la nuca y besándolo mientras se vacía en mi interior.

El siguiente es un tío que lleva insistiendo en venir a preñarme desde hace tiempo y le daría morbo compartir mi culo. Le propongo que se traiga a algún amigo que también esté en PrEP y me anoten una marca con rotulador en la nalga por cada corrida que me suelten dentro. Una tarde llega él, treintañero de pelo corto y cuerpo promedio, acompañado de otro chico, alto y delgado con una polla considerable y el pelo teñido de rubio, y yo les espero a cuatro patas encima de la cama, con mis dos agujeros (boca y culo) dispuestos para que los usen a su antojo. El chico con el que había chateado se ocupa de mi culo y su amigo me la enchufa por la boca. Ahí estoy ensartado en esas dos barras de carne como un cochinillo a la brasa, solo me falta dar vueltas sobre mí mismo. El que está ocupando mi trasero bombea sin parar y no tarda en anunciar que me va a llenar de leche con un "La preño, la voy a preñar... Uahhhh toma preñada" mientras se agarra tembloroso a mis caderas. Cuando acaba, coge el rotulador y me anota una marca en la nalga. Su amigo la saca de mi boca y toma su turno en mi entrada trasera. Primero se arrodilla a comer culo recién preñado, bebiéndose la lefa del otro chico de mi ojal como un perro que bebe leche de un cuenco. "Déjale un poco de leche, que si no parecerá virgen cuando venga el próximo" recrimina el primer chico a su amigo el glotón. "Ahora le lleno yo" contesta divertido el otro. Me tiene muy cachondo ahí con los lengüetazos húmedos en mi ojete abierto, mientras aún noto la crema calentita que acaban de soltar dentro de mí. El chico se pone en pie y empuja hasta que su rabaco me entra hasta el fondo, ocupando el sitio donde antes estaba su amigo. Aunque se ha bebido parte de la corrida, aún queda lefa suficiente para hacer de lubricante y en apenas un minuto de metesaca empieza a gemir cachondo y a correrse también en mi interior, mezclando el contenido de sus cojones con el de los cojones de su amigo. Dicen que no hay nada más morboso que follarse un culo recién preñado, yo nunca lo he probado pero debe ser cierto porque los activos apenas aguantan cuando me la meten y tengo el culo lleno de corridas. Esa tarde recibo dos preñadas casi seguidas, con apenas un par de minutos de diferencia, y la puta se gana una segunda marca de rotulador en la nalga por lo bien que cumple con su cometido como sacaleches de uso público.

Otra noche, de bastante frío y casi medianoche, me escribe un chico de treinta y pocos que vive a dos calles y quiere utilizarme para sacarse la leche. Está en casa pajeándose y quiere que llegue y le ponga el culo para acabar la paja dentro de mí. Me presento raudo y veloz, como TeleCulo su culo a domicilio, y cuando llego él me recibe desnudo y tocándose su pollón enorme. En persona no se parece mucho a las fotos, de hecho diría que no es el mismo. Es un tipo muy atractivo, como también lo es el de la foto, pero parece un tío distinto. Qué más da. Me conduce al salón y allí sobre la chaise longue del sofá me arrodillo sin quitarme la cazadora y me bajo los pantalones de chándal a medio muslo ofreciendo mi culo en pompa. "Cabrón", me dice, y se lanza a comerme la raja y el ojal. Luego de sopetón me clava su rabo, que es una cosa bastísima y enorme, y me siento lleno hasta el fondo. Aspiramos poppers y comienza la enculada mientras me insulta y me llama puta. Pero siento cómo disfruta. Placa Placa placa su pelvis contra mi culazo, y en un momento me dice "Ay cabrón... cómo entraaaa OOOOAAAAARRRRR OOOH OOOOHH  GRRRRR" y comienza a jadear y gruñir escandalosamente como un animal mientras se agarra a mi cazadora y me preña durante lo que parece una eternidad. Cuando acaba me levanto, me subo los pantalones y me despido con una sonrisa. Camino a mi casa, está helando ahí fuera y enciendo Grindr para ver si puedo seguir recibiendo lefazos. Me encuentro conectado a un chico con el que he quedado un par de veces que es majo y morboso y le encanta follar culos recién preñados. Hace frío y me dice que ya no sale de casa pero me ofrece ir a la suya y preñarme en la escalera mientras su compañero de piso duerme. Me indica la dirección y me dice que no dé la luz. Me abre por el interfono y subo por las escaleras a oscuras, alumbrándome como puedo con la luz del móvil. Cuando llego está en el descansillo, delante la puerta entreabierta de su piso. Es un treintañero con barba y actitud de macho. Lleva la típica ropa de estar por casa pero apenas lo distingo en la oscuridad. Me ordena que me arrodille a mamarle el rabo y eso hago. Cuando la tiene dura me da la vuelta, me baja un poco los pantalones de mi chándal para liberar mi culo y me coloca a cuatro patas sobre el inicio del tramo de escaleras que sube al piso superior. Me come el culo recién preñado, aún con aroma a lefa fresca. Qué delicia sentir su lengua lamiendo la lefa del otro chico de mi agujero. Un poco de poppers y me la mete a pelo. Es una situación muy morbosa, allí los dos sin hacer ruido, la noche fría pero su rabo caliente dentro de mi culo aún más caliente y cremoso por la preñada anterior. En cualquier momento puede despertarse su compañero de piso o mejor aún, pueden salir los vecinos y encontrarnos apareándonos como animales en celo en la escalera, y eso me excita. Me hace sentir muy puta. Lástima que al final entre el frío y el popper, el chico no consigue correrse, pero ya habrá otra ocasión.

Y para acabar la entrada y el año, os voy a hablar de una de las noches más morbosas que he vivido y en la que batí mi récord de preñadas. Llevaba unos días de vacaciones en una ciudad del norte recibiendo varias visitas diarias, algunas de viejos conocidos y otras de nuevas amistades. Gente que se pasaba en mitad de la noche a usarme como agujero de descarga, como un latino chulo y muy atractivo que me usó a cuatro patas sin siquiera desvestirse (solo se quitó los pantalones pero se dejó puesta la camiseta marcando pectorales y la gorra, y hasta se sorprendió cuando le hablé como si no esperara que hubiera un tío al otro lado de ese agujero que se había encontrado dispuesto a recibir su carga en mitad de la noche), luego también un mexicano-francés que estaba de vacaciones con su familia y de vez en cuando se escapaba para descargar rápidamente, un tipo casado y cachondo que quería follar por el culo mientras su mujer trabajaba y no paraba de repetirme lo puta que yo era, o un amigo muy atractivo al que conocía de años atrás y al que cabalgué hasta que empezó a decirme "Me voy. Que me voy" y yo pensaba que estaba haciendo algo mal y quería largarse, pero en realidad se refería a que no aguantaba más la leche porque lo estaba ordeñando demasiado bien con mi culazo. Pero lo mejor estaba aún por llegar.

Es mi última noche en la ciudad. Tengo que salir para coger el tren a eso de las 6:30 y no tengo intención de dormir, sino de recibir rabos mientras el cuerpo aguante. He puesto el colchón en el suelo del salón porque dos noches atrás me folló un auténtico toro y la cama montó un escándalo de muelles que debió escucharse en todo el barrio. Así que pongo el colchón en el suelo del salón, una luz ténue rojiza, lubricante y popper. Primero llega un tipo portugués, de Oporto, en torno a los 40 años, bastante atractivo de cara y con dad bod. Hay muy buena química entre nosotros y echamos un polvo relajado y agradable en el que los dos disfrutamos mucho, nos besamos, nos chupamos, reímos y finalmente él me está follando de lado y me dice que quiere correrse ya, "Cum in me" le digo y él acepta la invitación y con unas cuantas embestidas más comienza a gemir mientras aprieta los ojos y abre la boca y se va vaciando en mi interior. Se le ve tan guapo cuando se corre... Después de eso intercambiamos teléfonos y hemos vuelto a hablar para ver si nos volvemos a encontrar, en España o Portugal. 

El siguiente en venir es un chico español, madrileño creo, que se está alojando en un hotel a dos calles y busca preñar culo. Es guapito aunque tiene un aire algo kinki, con tatuajes, algún piercing, cuerpo velludo y fotos en las que se le ve con arneses y tal. Habíamos hablado por la tarde pero sin concretar nada, pero cuando le digo que llevo dentro la leche del portugués, viene a mi apartamento para ser el siguiente en usarme. Llega, se quita la ropa y me la enchufa por detrás en mi culo cremoso recién preñado, de pie en el salón delante del televisor. Apenas tarda 5 minutos en añadir su leche a la mezcla con un "Ahí, ahí va" y acompaña sus estocadas con unos sonoros "Aaaaaahhhhhhh aaaaaahhhhhhhh" conforme me suelta su corrida.

El tercero es un chico latino veinteañero muy morboso con el que llevo hablando toda la semana pero sin concretar. Pensaba que es el típico que te escribe por la app pero nunca da el paso para quedar de verdad, sin embargo esa última noche se decide, supongo que en parte convencido porque llevo ya dos preñadas en el culo y eso le pone a mil. Lo espero a cuatro patas como un buen cumdump, un culo lleno ya de corridas pero dispuesto para que pueda llenarlo más. Es un chico guapo, con ojos profundos, pelazo, y una actitud morbosa y amable a la vez. Él es más pasivo pero cuando hace de activo es un activo de 10. Me come el culo preñado, me monta a cuatro patas y luego tumbado sobre mi espalda, enculándome frenético como un conejo. No para de gemir conforme brinca sobre mi culo dándome rabo, batiendo la leche de los dos chicos anteriores, mi ojal abierto como un túnel, "¿Te gusta mi depósito para lefas?" le pregunto con la voz entrecortada por las embestidas, hasta que sus gemidos van en aumento y en un momento dado se pone en tensión y me suelta otro lefazo bien hondo dentro de mí. Soy oficialmente un pastel tres leches, y la noche aún es larga.

Nos quedamos charlando unos minutos, me dice de bajar a comprar algo de comida o bebida y seguir ahí un rato más conmigo. Finalmente ni siquiera baja a comprar nada porque prefiere comerme el culo, así que me pongo de nuevo en posición, a cuatro patas, culo en pompa, para que pueda lamer su propia leche. Se coloca detrás de mí, oliendo poppers, escupiendo en mi ojal ya tan abierto y trajinado después de tres folladas y dándome azotes en las nalgas para mantenerme caliente. Hunde su cara en mi raja y me come el ojal con hambre mientras me dice que soy su puta. Se ha vuelto a empalmar. Se viene la cuarta preñada de la noche. Me monta y comienza otra vez a encularme sin compasión, batiéndome las tres leches "Lo lubricado que estás!!" me dice sorprendido. Y es que estoy abierto de par en par y mojado, muy mojado, mi culo chapotea con cada embestida suya de lo lleno que está de lefa. Sus gemidos son continuos, su ritmo se acelera, vuelve el conejo follador enculándome sin descanso, compulsivamente, ciego por llenarme el ojal con más leche aún. "AAahhhhhhh, uuuummpppppfffffff jodeeer" me dice mientras se vuelve a correr dentro de mí. "Eso, dame la cuarta" le contesto yo excitado y agradecido, entre risas. Después de eso se va. De buena gana habría estado sirviéndole toda la noche, porque disfruté mucho poniéndole el culo, pero bueno, seguimos en contacto y espero que tengamos oportunidad de volver a quedar la próxima vez que vaya a su ciudad. Él ya me contó algunos planes que tiene, de lo más excitantes, y estoy deseando ponerlos en práctica. 

Volviendo a esa noche, ahí estoy en el colchón en el suelo del salón, con el culo trajinado y lleno de cuatro lefazos. Aún me queda un rato para tener que dejar el piso y tirar para la estación, así que vuelvo a conectar Grindr y me escribe un tío de 42, de la zona, fibrado y con pinta de malote, que en teoría está a unos kilómetros de distancia pero me dice que va de camino a la ciudad y necesita descargar. Le digo que ya voy lleno pero no parece importarle, todo lo contrario. Llega, se baja los pantalones hasta los tobillos y me da rabo por la boca a saco. Es un activo dominante y algo rudo. Al momento me da la vuelta y me pone contra el suelo con el culo en pompa. "Sube el culo" me ordena y yo obedezco. Se pone a tono con el popper y me la clava en mi ojal inundado de lefa. De nuevo el sonido de chapoteo conforme embiste mi agujero bruscamente, como un animal, como si tuviera prisa por vaciarse. "¿Quieres leche?" pues toma leche, y sus trallazos van a estrellarse en mi interior junto con la leche del portugués, del madrileño y los dos lefazos del latino. Se sube los pantalones y la cremallera y me deja ahí a cuatro patas sobre el colchón, con la leche desbordándose de mi ojal que a duras penas puede mantener tanta lefa dentro. Me llevo un dedo al ojal y lo saboreo. Me siento muy puta, muy usada, preñada cinco veces y satisfecha por haber servido para que todos esos tíos pudieran descargar en caliente esa noche. 

Feliz 2024!

Comentarios

  1. Madre mía ! Espectacular en todo... ;-) Feliz 2024, aunque no iguales las marcas del 23 ;-) . El listón está muy alto

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    1. Jaja, gracias. Igualmente. La verdad es que el 2024 ha empezado demasiado tranquilo. A ver si pasa el frío y me animo a zorrear más.

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  2. Que aventuras mas geniales, sobretodo la del oso me ha puesto a cien, yo ante un tio peludo no soy nada, me lanzo a sus pies y que me haga lo que quiera

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    1. Jeje, te entiendo. El oso me volvió a escribir en navidades, para ver si podía pasarme otra vez a servirle, pero con los compromisos familiares y sus horarios no fue posible. A ver la próxima vez que coincidamos.

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  3. Ufff me matan tus relatos. Tengo la polla escocida de tantas pajas...

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    1. Gracias! Ese el mejor cumplido que me podías hacer. Me encanta servir para que los tíos puedan sacar su leche, aunque sea a distancia ;)

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