Fickstutenmarkt 2. Un finde muy "activo"

No sé si recordareis la entrada que dediqué al Fickstutenmarkt, esa fiesta / orgía en la que los pasivos esperan desnudos a cuatro patas (y con una capucha cubriendo la cabeza hasta los ojos) a que los activos los monten. Muchos activos, un montón de tíos a los que no puedes ver y a los que no puedes negarles tu culo.

Estuve una vez como pasivo y me follaron 15 tíos. Fue una tarde morbosa aunque también algo tediosa, por el calor que daba esa capucha y el tiempo de espera entre rabo y rabo. Aquel día me quedé con la curiosidad de ver cómo era la fiesta desde el otro lado de la barrera, yendo como activo, y este año sacié mi curiosidad.

Cuando llegué a Church había un grupo de tíos haciendo cola en la calle. Eran los otros activos, ya que los pasivos entran un rato antes para que les dé tiempo a desnudarse y distribuirse por todo el local con el culo al aire y las capuchas en su sitio. Los activos de la cola no estaban mal, me los esperaba peor. Todos o casi todos eran mayores que yo (debían tener de 35 o 40 para arriba), pero había algunos más o menos atractivos o morbosos. La verdad es que me los esperaba peor, a razón de algunos cuerpos que palpé mientras me follaban la otra vez.

Una vez dentro, te dan un bolsa para que guardes tu ropa y un ticket. Te cambias, entregas la bolsa y entras al local. Allí, con una luz tenue había un montón de tíos desnudos colocados en cada rincón, en sofás, mesas, sillones, pasarelas y barandillas. Con capucha blanca los que solo aceptan ser follados con condón y con capucha roja los que te puedes follar a pelo o con condón. A diferencia de la otra vez, aquí había además un tipo de la organización que se dedicaba a pintar con un rotaludor una marca (una raya negra) en la piel del pasivo por cada activo que lo monta. El que más marcas consigue es el ganador, el pasivo que ha recibido más rabos esa tarde.

Me pillé una cerveza, un puñado de condones y me puse a inspeccionar. Enseguida me llamó la atención un tipo que estaba colocado en la planta baja, en pleno centro. Estaba a cuatro patas sobre un puff (junto a otros tres o cuatro), llevaba la capucha roja de bareback y tenía un cuerpo espectacular, perfectamente musculado y bronceado (no sabría decirlo por la luz, pero posiblemente era mulato). Evidentemente, los tíos hacían cola para entrar en su culo y el tipo del rotulador no paraba de hacerle marcas en la nalga conforme íbamos montándolo uno tras otro.

Yo me lo follé con condón, porque no quería perder la oportunidad de meterla en ese culo fibrado. Conforme me lo follaba, había un señor con cara de vicioso al lado, sonriéndome, jaleándome y dándome golpecitos en los pectorales. También sobaba las nalgas del pasivo escultural y llevaba un dedo a su ojal para metérselo por ese coño insaciable a la vez que yo le daba rabo.

Después de un rato le cedí el culo al siguiente activo y me puse a inspeccionar el resto de la sala. En la planta de arriba había una pasarela y un par de pasivos atractivos esperando un poco de atención. Se la metí a uno de pie y le di no pocas embestidas con cuidado de no caernos pasarela abajo. El tipo del rotulador le puso una marca en la nalga y yo pasé a buscar el siguiente culo.

Arriba, en una de las esquinas, había un tipo joven y delgado de rodillas sobre un sofá, con una capucha blanca y un buen culo, esperando ser montado. Se había puesto en un lugar un poco apartado de la acción, pero allá fui yo a darle la atención que su culo merecía. Me puse el condón y empecé a follármelo primero suave y luego con más intensidad. Tenía el culo dado de sí, que apenas ofrecía resistencia, como un saco caliente en el que mi rabo chapoteaba entrando y saliendo y dilatando sus paredes ya de por sí dilatadas.

Quise salirme al rato, pero el muy putón estaba disfrutando y me agarró con el brazo para que siguiera follándomelo. Quería más rabo el cabrón, así que me puse a montarlo como un perro a una perra, montado sobre sus espalda con mis pies también encima del sofá y mis brazos sobre sus hombros. En esa postura su culo se me agarraba mejor y pronto empecé a notar el picor y la necesidad de descargar,, así que seguí frotando mi rabo contra las paredes de su culo hasta correrme y soltar toda la lefa acumulada dentro del condón. O eso creía yo, porque al sacarla del culo vi que el condón se había roto y había preñado a la insaciable puta culona sin querer. Son accidentes que pasan, pero bueno, estoy limpio así que no hay nada que lamentar. Con suerte tiene luego una camada de perritos.

Y con eso me fui de la fiesta. Solo me follé 3 o 4 culos, pero fue suficiente. El día anterior  ya me había follado a un negro con un culazo carnoso, enorme y maravilloso, que daba gusto taladrar y azotar con la mano bien abierta. Y al día siguiente me follé a otros dos, un mulato colombiano de cuerpo perfectamente fibrado y cara morbosa, y un brasileño que también estaba bien crujiente, con barba de tres días y un culo redondo y con un poco de vello fino aquí y allá, con el que hice flip-fucking. Él me folló, yo le follé, y él regó el suelo de lefa mientras yo le daba por detrás. A mí aún me quedaba un rato pero le pedí "Can I cum in your ass?" y me dejó seguir follándolo ahí de pie, agarrado a sus hombros hasta que me vacíe dentro de él hasta la última gota, preñándole el culo de buena leche española.

Normalmente soy pasivo, muy pasivo, pero si se me ponen a tiro otros pasivos guapos o con buen culo me cuesta decir que no. Hace poco me follé también a uno, guapísimo (de hecho le daba un aire al brasileño, pero con más pinta de Oriente Medio, aunque en realidad era ruso). No hablaba mi idioma ni yo el suyo. De hecho el chico no hablaba ni inglés ni español, pero nos entendimos por gestos. El lenguaje de las putas que se desviven por tener un rabo metido por el culo. Si lo sabré yo. Aunque estaba ligando con el twink camarero del bar (un chico rubio mono y dulce que apenas chapurreaba el inglés) vi la posibilidad de follar con este tío tan atractivo y allí que fui. Me condujo a un sitio en la parte trasera del local. Nos besamos, me la mamó y me ofreció su culo. Todo por gestos. Y me lo follé hasta dejarlo exhausto. A veces no hace falta hablar para hacer intercambios culturales.

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