Una buena manera de empezar el año

Nochevieja. 2 a.m. Entro en el club vestido solo con mis suspensorios y una pajarita negra al cuello, dispuesto a comenzar el año nuevo aún más puta que el anterior.

El local está tan decadente y oscuro como siempre y la mayoría de la clientela es mayor, aunque hay algún tío que me llama la atención, como un chaval negro fibrado con el que me acaricio (tiene un torso muy definido y sedoso al tacto) y nos agarramos los paquetes. El chico es pasivo y pronto está de pie en el centro de un grupo de señores mayores que lo manosean mientras uno lo encula y su rabo se va perdiendo dentro de ese culo fibroso y moreno.

Subo a la planta de arriba donde la gente merodea en torno a la sala de proyección. Fuera, en el pasillo, me cruzo con un tipo mayor y enano, probablemente me llegue a la altura del ombligo y es calvo y con una gran barriga. De alguna manera me excita la posibilidad de que me monte, así que cuando me cruzo con él (y él hace por donde para restregarse contra mis nalgas), le pongo el culo a la altura de su cara como un ofrecimiento. Él no duda ni un momento y hunde su cara en mi raja, dándome lametones para humedecerme el ojal. Yo sonrío al notar su lengua lamiéndome como un perro y me pongo a cuatro patas en el suelo como la perra que soy, para ofrecerle un buen agujero donde descargar.

El tipo se pone un condón y me monta, ahí mismo en mitad del pasillo. Noto sus pequeñas manos en torno a mis caderas y su gran barriga rozando sobre mi culo. Lo escucho jadear y disfrutar de mi coño de hombre, bien caliente. Estamos en mitad del pasillo y la gente que pasa se queda a disfrutar del espectáculo. Yo con mi pajarita y el culo en pompa y el enano gordo usando mi culo. No tarda mucho en correrse y lo oigo jadear con la respiración entrecortada mientras vacía sus huevos dentro de mí.

Me levanto, me limpio y sigo dando vueltas por el local. Conozco a un par de chicos más jovenes, atractivos pero pasivos los dos. Uno de ellos es especialmente guapo, alto y con rasgos finos. Charlamos un rato y luego nos sentamos mientras varios tíos se arrodillan delante de nosotros y nos comen las pollas. Un tipo mayor al que sé que le gusto porque no me quita ojo, me la come a conciencia y aprovecho que me la ha puesto dura y húmeda para follarme a mi nuevo amigo, el pasivo guapetón.

Lo pongo de pie y de cara a la pared y entro dentro de su culo carnoso. Después, le tumbo en una mesa y coloco sus piernas sobre mis hombros para penetrarlo en esa posición, delante del resto de tíos que nos observan. Él está algo bebido pero cómodo, acariciándome mi torso mientras yo le doy embestidas violentas en su culo que hacen desplazarse toda la mesa. Estamos un rato más y luego nos marchamos juntos, parando para besarnos en un cruce antes de que él se suba a un taxi.

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