Poniendo culo para 15 activos en una tarde en el Fickstutenmarkt


El mercado de yeguas o fickstutenmarkt es una fiesta gay bastante hardcore que se celebra periódicamente en Alemania y algunas otras ciudades de Europa. En ella, los pasivos se ofrecen desnudos y con los ojos tapados por un saco en la cabeza para ser montados a ciegas por los activos, por todos los activos que te quieran montar, igual que las yeguas son montadas por los sementales. 

Básicamente te dejas montar por cualquiera, porque no puedes ver cómo es el activo ni tienes opción a rechazarlo. Antes de empezar puedes decidir si quieres ser montado a pelo (saco rojo, para ser un cumdump en toda regla) o con condón (saco blanco, sexo seguro, mi elección). La fiesta dura varias horas, pero en cualquier momento puedes parar y salir discretamente de allí.

La cosa funciona así: los pasivos llegan 1 hora antes que los activos, se desnudan (puedes llevar arneses o cockrings) y se distribuyen por el local. Esa es la parte más aburrida, una larga espera en pelotas rodeado de cien pasivos como tú. Y no exagero, lo menos éramos cien pasivos. 

Había cierta tensión en el ambiente, incomodidad y envidia hacia algunos cuerpos y algunos culos (un chico negro tenía un enorme CULAZO respingón que me hizo desear ser activo). Había gente de todas las edades y tipos de cuerpo,  novatos y expertos, gente que había participado en anteriores ediciones. Estaba incluso el campeón a mejor yegua en la edición de Hamburgo (porque sí, en Alemania los activos luego votan el culo que más les ha hecho disfrutar) un chico bastante mono y simpático, de cuerpo fibradísimo, que llevaba saco rojo.

En un momento dado, nos avisan de que los activos están a punto entrar y las yeguas nos ponemos los sacos en la cabeza. Las luces se atenúan y nos ponemos a ofrecer culo a cuatro patas para ser montados. 

Para los activos debe ser como entrar en un buffet libre de culos. Cien culos de todos los colores y tamaños deseando ser rellenados, con total libertad para usarlos y correrte en ellos sin que nadie te rechace. 

Para el pasivo al principio la cosa es más aburrida.  No ves nada. Oyes a gente follando a tu alrededor, gemidos y choques de pelvis contra culos pero amortiguados por la música electrónica. Luego alguien te elige y eres tú el que gime. La mesa acolchada sobre la que estábamos apoyados mi grupo de 5 o 6 yeguas se va girando por el efecto de las embestidas mientras nos follan los sementales. Las yeguas nos damos algún cabezazo por accidente por culpa de los putos sacos en la cabeza, o nos cogemos de las manos así como hermanitas solidarias mientras nos dan rabo. Oigo jadear sin parar al chico de Hamburgo que debe tener ya el depósito lleno de lefazos.

Luego hay tiempos muertos en los que nadie te usa y te aburres. Aunque no puedes verlo, sospechas que hay menos activos que pasivos en la fiesta. Es como cuando enciendes el PlanetRomeo y ves que en tu barrio solo viven pasivos. Pues algo así. Así que empiezas a idear estrategemas para que elijan tu culo antes que el de tus compañeros. Porque además de puta eres egoísta e insolidaria. Así que me pongo de pie agarrado a una viga de madera ofreciendo mi culazo. 

Para la ocasión me había puesto las palabras PUTA y FUCK ME “tatuadas” en las nalgas. Esos tatuajes temporales que te duran tres días y se van con alcohol. La táctica surtió efecto.

Pronto empezaron a venir activos a acoplarse a mi espalda y usar mi agujero. Llevaba ya diez pollas en aproximadamente dos horas, pero quería más. Así que cuando la mesa empezó a quedarse despejada (lo sabía porque me subí un poco el saco para tener una mínima visión con el ojo izquierdo. Además de puta, tramposa), despejada digo porque los pasivos con menos aguante iban abandonando la fiesta, me tumbé bocarriba sobre la mesa y levanté las piernas para ofrecer mejor mi ojal.

Otro truco, si quieres destacar sobre cien pasivos, gime más y entrégate más que el resto mientras te dan rabo. Eso atraerá a un mayor número de activos. 

Cuando me tumbé sobre la mesa empecé a comportarme como la gran puta, atrayendo a los activos hacia mi cuerpo para que no quedara ni un centímetro de sus rabos fuera de mí, enculándome yo solo contra ellos con furia, pidiéndoles caña y jadeando, disfrutando como un puto loco con cada embestida. 

Eso fue lo que más surtió efecto, y las pollas 12, 13, 14 y 15 vinieron seguidas, una detrás de otra, con tipos turnándose para darme caña, follándome a saco, destrozándome el culo con rabia, que a esas alturas ya estaba abierto de par en par, me ardía y me chorreaba, y las pollas entraban y salían sin ninguna resistencia. 

Muchas veces tíos bisexuales o supuestos heteros me han dicho que tengo el culo como un coño. Tendrían que haberme visto ese día. 

Después de cada rabo me decía a mi mismo que era suficiente, pero en cuanto surgía la posibilidad de que me metieran otro más, no podía parar.

En ningún momento pude ver a los activos que me montaron. No sé la raza ni la edad. Los tocaba (siempre les tocaba el cuerpo y la polla para comprobar que llevaran el condón puesto) y me hacía una idea. La mayoría eran tipos grandes, bastante gordos, probablemente mayores, aunque había algún cuerpo fibrado y joven (uno de los que me dio más caña, que me folló como un conejo). 

Había un tipo extremadamente sudoroso, casi me resbalaban las piernas mientras lo rodeaba, que se movía muuuuy lento y suave y se corrió dentro de mí en un santiamén, gimiendo bajito como si estuviera en una biblioteca y temiera molestar.

Cuando me folló el 15º tío dije que tenía suficiente (aparte de esos 15, me habían follado otros 3 la noche anterior, con lo que llevaba 18 pollas por el culo ese sábado, aunque sospecho que el número 1 y el número 13 del fickstutenmarket podían ser el mismo, por su manera de escupirme y darme cachetes mientras me follaba).

Volví paseando por la noche con el culo literalmente hecho Pepsi-Cola, abierto, mojadísimo y palpitando. No me corrí en la fiesta porque no quise tocarme. Quería gozar por el culo y en ese sentido la noche fue brutal. No tengo claro si repetiría la experiencia. Es muy intensa pero a ratos aburrida, y aunque es una situación morbosa prefiero poder ver y elegir a los tíos que me follan. Y también tengo curiosidad por saber cómo se vive la situación desde el otro lado de la barrera, como activo en el mercado de los culos.

Comentarios

  1. Perfecto relato, que describe muy bien la fiesta de Fickstutenmarkt. He ido unos cuantas veces, como activo, y relatas muy bien el ambiente, como pasivo. Habrá que ir cuando la fiestas se reunedarán , creo que ahora no hay... DDv

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    1. Ya, supongo. Yo he ido una vez como pasivo y otra como activo. Como activo resulta más ameno y morboso, al poder moverte libremente, ver toda la orgía y no tener que estar con una capucha esperando. Pero claro, yo soy pasivo de vocación y lo que disfruto cuando me montan, aunque no vea quién me la mete, no lo disfruto haciendo de activo.

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