PrEP-ñada y doble penetración con dildo
Me
flipa ese momento en que tocan al timbre de tu puerta, la dejas entreabierta y
esperas a cuatro patas con el culo al aire a que entre el activo. Oyes el
ascensor, sus pasos entrando y cómo cierra la puerta del apartamento. Unos
segundos más tarde está acariciándote las nalgas y si el tío es lanzado, metiéndote
un dedo o dando lametazos a tu ojal.
Entonces
te vuelves un poco para comprobar cómo es el tío y ahí ya puede ser que cumpla
o no las expectativas que previamente te has formado según su perfil o las
fotos que te ha mandado.
En alguna ocasión, para tíos que pedían total discreción, no me he vuelto y me he dejado hacer sin ver quién me montaba, hasta que se corría y se largaba.
En alguna ocasión, para tíos que pedían total discreción, no me he vuelto y me he dejado hacer sin ver quién me montaba, hasta que se corría y se largaba.
Aquella
noche tuve suerte y entró D., de 35 años, rubio con barba y realmente
atractivo, mejor que en sus fotos, bien dotado, con pinta de buen partido y
mejor marido. Pero vamos, que él venía a lo que venía, a descargar. Y venía
animado por un chat caliente que habíamos tenido antes por Grindr sobre la
posibilidad de hacer un trío.
Así
que nos pusimos en faena. Yo tumbado bocabajo y él tumbado sobre mí con el rabo
duro enchufado en mi culo. Se movía suavemente, montándome mientras mirábamos
en el móvil otros perfiles de candidatos para sumarse a la fiesta. Chateábamos
con ellos tecleando los mensajes a medias, sin sacar ni un momento su polla de
mi culo.
- Buscando trío. Con la polla del primer activo en el
culo ahora mismo. Te apuntas?
- Uff, qué morbo. Cómo es? Buen rabo?
- Rabaco.
- Foto?
Conseguimos
convencer a un tío, pero vivía lejos y D. estaba demasiado caliente para
esperar. En un momento dado no pudo más, sacó el rabo de mi ojal y empezó a soltar chorrazos de lefa caliente sobre mi espalda. Después
se vistió, se despidió amablemente y me deseó suerte recibiendo al resto de
tíos de la noche.
Mientras
venía el segundo chico, el que habíamos contactado, dejé la lefa de D.
secándose en mi espalda y me metí un buttplug por el culo para mantenerlo
abierto. Al rato llegó mi nuevo invitado, me volví a quitar el buttplug y
repetí la operación de esperarlo a cuatro patas.
El tío
entró, 32 años, moreno con barbita y pecho peludo, buen cuerpo, mejor dotación
y mirada de pícaro. Comenzamos a morrearnos y a mamarnos mutuamente. Cuando tocó
penetrarme me pidió hacerlo sin condón porque le había dicho que estoy en PrEP.
Le dije que aparte de la PrEP siempre uso además condón, como doble protección.
Nunca
lo hago a pelo con nadie que no sea mi pareja (y no lo he vuelto a hacer
después de esa noche, por mucho que me han insistido), pero en esa única ocasión
decidí confiar en la PrEP porque estaba cachondo como una perra y con ganas de que
me llenasen el depósito.
Total,
que el chico me la metió a pelo. Tenía una polla bastante larga y me enculó en
todas las típicas posturas. Yo de vez en cuando me llevaba la mano al ojal, por
el morbo de tocar su rabo sin goma entrando y saliendo de mí.
En
un momento dado me tumbó bocabajo. Le escuché revolver entre las cosas al lado
de la cama y coger algo. No sabía sus intenciones, pero al poco noté el tacto
frío del buttplug lubricado entrando por mi culo hasta
acoplarse. El tío quería jugar con mi culete, pues vale.
Con
el buttplug aún metido, lo siguiente que noté fue su rabo abriéndose paso de
nuevo por mi culo. Abrí los ojos como platos, gemí de gusto y se me dibujó una
sonrisa de oreja a oreja mientras mi culo se distendía a tope por aquella doble
penetración de rabo y dildo sin previo aviso.
La
doble penetración duró unos minutos durante los que gocé como loco, pero luego
el tío sacó el buttplug y lo cierto es que sentí un cierto alivio conforme mi
ano volvía a sus dimensiones naturales. La follada continuó un rato más y
al poco el tío me anunció que iba a correrse.
- Te
voy a preñar el culo tan a fondo que la boca te va a saber a semen –dijo el
poeta, y empezó a gemir con la respiración entrecortada y los músculos en
tensión mientras vaciaba sus huevos dentro de mí chorro a chorro. - Ni te
imaginas toda la lefa que te he dejado dentro – me dijo al terminar.
Me hacía
una idea.
El tío
se fue satisfecho después de preñarme y a la noche siguiente me escribió para
repetir. Quería pasarse con un amigo suyo latino al que había hablado de mí,
para follarse mi culo entre los dos. El plan me apetecía porque básicamente me
encantan los latinos y me encanta que varios tíos compartan mi culo, pero me
fue imposible por problemas de agenda y dos días después me fui de la ciudad.
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